Conspiraciones y rebeliones en el siglo XIX: la revolución del Cuzco de 1814

LA REVOLUCIO~ DEL CUSCO DE 1814 473 114 OFICIO DE VICENTE ANGULO AL GENERAL JUAN RAMIREZ "Sabiendo que las tropas de V. S. han ocupado parte de nuestros territorios, y que marchan con dirección a la capital con disposición hostil, sin declaración de guerra formal, ni: precedidas las relaciones que el derecho de gentes concede a todos los pue– blos del globo; no puedo menos que dirigirle éste para preguntar a V.S. ¿por qué se nos hace la guerra? Desde luego advierte la impresión que le hará esta pregunta: V. S. se cree autorizado parll: hacerla sin estipulación ni reconvención precedente: n9S trata de insurgentes, y por consiguiente sin derecho de represen– t:ició.n nacional y sometidos al furor de sus tropas, por la ley fa. tal introducida en nuestro continente sin reflexión, de que con el pueblo que se levanta, no hay obligación de guardar las forma– lidades de la guerra, estableciendo pactos y compromisos que pu– diesen ahorrarla, y que hiciese de dos ejércitos beligerantes un pueblo amigo. Si la religión y la humanidad nos dirigiesen las miras y no lo que debo a la provincia que me ha colocado al frente de sus huestes para hablar de sus derechos y deberes, trataría de hacer frente a V. S. sin más requisito, pues se ha visto desprecia V. S. todo tratado que no sea el de someterse a la servidum– bre. Dispénsese esta expresión, pues quiero hablar más co– mo hombre que como general. La dilatada guerra que asola nues– tro continente; la costancia y resolución de sus habitantes, el estado presente de la España, el de las provincias del Río de La Plata y demás del continente, la garantía inglesa en favor de nues– tro sistema: y en fin, la utilidad común de españoles y america– nos, debe por un momento suspender el juicio de V. S. y darle luego a reflexionar cuánto convendría acabar la guerra por esti– pulación y no por las armas. No es el temor quien anima mi expresión; la humanidad es quien me lo inspira: podemos ser desgraciados, pero también fo. !ices: advierta V. S. cuánto se pierde por uno y otro lado por sostener una opinión. Digo así que la de V. S. casi varía en ca-

RkJQdWJsaXNoZXIy MjgwMjMx