Conspiraciones y rebeliones en el siglo XIX: la revolución del Cuzco de 1814

38 MANUEL JESUS APARICIO VEGA Bernardo de esta ciudad y Cura propio de la Doctrina de Copora– que, de quien por ante mí el presente Notario le recibí juramento in verbo sacerdotis tacto pectore con la mano puesta al pecho so cuyo cargo ofreció decir verdad en lo que supiere y fuere preguñ– tado y siéndolo con arreglo al escrito que antecede dijo: Que por insinuación del señor Fiscal de esta Real Audiencia, y porque le dijo que para la tranquilidad y cortar los escándalos que se seguían de la desavenencia y enemistad pública en que estaba el Doctor Don Pedro López de Segovia, Asesor de este Gobierno y Don Agus– tín Becerra Escribano del mismo Gobierno, sería muy loable y conveniente que yo en compañía del Reverendo Padre Fray Isi– dro Dávila diese los pasos prudentes y cristianos a fin de que se uniesen y amistasen porque cada día se incrementaban la mala voluntad y demás consecuencias en perjuicio así de ellos como del público, expresándole que de este mismo sentido era el señor Re– gente de esta Real Audiencia y condescendiendo a dicha insinua– ción del señor Fiscal pasó el mismo día en compañía del Reverendo Paclre Fray Isidro Dávila a las casas de Don Pedro López de Sego– via a persuadirle su reconciliación con el Escribano Don Agustín Chacón y Becerra y después de varias reflexiones cristianas que se le hicieron, se allanó cristianamente a hacerla delante del señor Presidente de esta Real Audiencia y el señor Regente y Fiscal de ella y que evacuada esta diligencia pasaron inmediatamente a ha– cer la misma diligencia con Don Agustín Becerra a quien hallaron también dispuesto para dicho fin, y de allí fueron a ver al señor Presidente a quien le dijeron los pasos que acababan de dar para que estas dos personas se amistasen y que para esta reconciliación fuese más firme, y autorizada con la presencia de su señoría, y las de los señores Ministros, Regente y Fiscal se sirviesen de con– currir a ella al siguiente día en las casas de su misma morada a lo que accedió gustoso dicho señor Presidente, y habiendo dado parte de todo lo resultado al señor Fiscal quedaron de acuerdo de que se juntarían en la casa del señor Presidente después del Tri– bur.al como de facto se juntaron a las once y media del día los dichos señores y Don Pedro Segovia empezó a exponer los agravios que había sufrido por el Gobierno y, principalmente, en el des– pojo que se le había hecho del Ministerio de Asesor, pues el señor Presidente había corrido varios expedientes, asesorándose con otros letrados en deshonor suyo y sin motivo alguno, y sin i:mpe– dimento legal, y oído esto y lo demás que expuso el Asesor Don Pedro López dijeron los señores Regente y Fiscal que no habían sabido semejante procedimiento, y que era de extrañar que no

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