Conspiraciones y rebeliones en el siglo XIX: la revolución del Cuzco de 1814

526 MANUEL JESUS t.PARICIO VEGA Arequipa, marzo veintisiete de mil ochocientos quince. Respec– to de no haber otro testigo que declare acerca de la conducta de Julián Salas, recíbasele su declaración instructiva.- Luna (Rúbri– ca).- Ante mí.- José Nazario Rivera. Luego incontinenti su Merced el señor Teniente Ase· sor Interino, pasó conmigo a la Real Cárcel, en donde provisionalmente se halla preso Julián Salas, de que Su Merced por ante mí Je recibió juramento que lo hizo por Dios Nues– tro Señor, y con una señal de Cruz, para cuyo cargo ofreció decir verdad de lo que supiere, y fuere preguntado; y siendo por su ve– cindad, transporte a esta ciudad, y manejo que ha tenido en las cir– cunstancias actuales, y con especialidad en el pueblo de Lampa; di· jo: Que se llama Julián Salas, siendo de Lampa, y hacendado en el Pueblo de Putina, de estado casado, que vino a esta ciudad, tra– yendo a vender unos marcos de plata piña de su pertenencia, y con su producto compra aguardiente para llevar a Pelichuco, igualmen· te que unas dos cargas de quesos, y de encomienda unos costales para el señor Gregorio Postigo, que su trajín en todo este tiempo ha sido ir y venir desde Arapa a Lampa trayendo pescado y man– teca para vender, apeándose en casa de su Madre doña Rosa Ramos; que hará conocer que estando en Lampa lo mandó llamar el Alcalde de este Pueblo señor Mariano Oviedo, y le dijo que fuere a ver dón– de estaba la tropa del señor Ramírez, y que temiendo que pusiese en ejecución la protesta que había hecho dicho Oviedo de ponerlo a la cárcel, y conociéndolo por mandón, obedeció su mandato, y fue hasta Cabanilla, de donde se volvió a las pocas horas trayendo la noticia que le había dado el cacique, y Alcalde de Cabanilia Nar– ciso Calisayo, de que el Ejército Real se componía de dos mil hombres de fusil, y quinientos de caballería, la misma que en cam– po del Alcalde Oviedo le comunicó a Tomás Carreri, Gobernador puesto por la Partida en el Pueblo de Lampa que al siguiente día se fue el declarante para Arapa tratando de estar para las cosas que tenía: que en ningún tiempo se ha metido con los insurgentes pues antes ha huido de ellos escondiéndose en los cerros y Estan– cias distantes y que sobre su conducta pueden deponer don Julián Añasco, don Manuel Almonte, don Esteban Pacheco, y el P. señor José Pacheco que se hallan en esta ciudad y que esta es la verdad en cargo del juramento, en que se afirmó, y ratificó, siéndole leída esta su declaración: que es de edad de treinta y dos años y lo firmó con Su Merced por ante mí, de que doy fe.- Julián Salas (Rúbri– ca).- Luna (Rúbrica).- José Nazario de Rivera. (Rúbrica). Arequipa y marzo veintisiete de mil ochocientos quince.- Pro-

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