Conspiraciones y rebeliones en el siglo XIX: la revolución del Cuzco de 1814

LA REVOLUCION DEL COSCO DE 1814 555 más y más ya libre este su imperio peruano. Venid pues de buena ,·oluntad españoles europeos y americanos, y todos cuantos habitan el globo venid todos individuos y fieles en este nuestro vasto y ii– co Imperio del Perú que si vemos de buena voluntad, para todos habrá su fértil suelo, para trabajarlo si lo queréis tener por Pa– tria, salid los unos del errado entusiasmo que se os odia y aborre– ce por sólo vuestro nacimiento europeo, mirad que los america.– nos no tienen pensamientos bárbaros y los otros de que se os de– preciaron vuestras antiguas jerarquías y grados; a los unos digo con mi misma experiencia conforme con mis largos padecimientos por la tiranía anterior que no se odia otras personas ni se os roba– rá vuestras propiedades, lo que sí se odia y aborrece con el gene– ral derecho de gentes es vuestro gobierno injusto sería hoy enga– ñador el que a causa de lo expresado ha sido el objeto de la burla de las demás naciones y a los otros, el que siempre se atreverá en la igualdad de vuestros verdaderos méritos personales que son Jos que se buscan y desean en todos nuestros Patriotas para la seguri– dad y felicidad de nuestro suelo, el que siendo tan feraz y vasto orbe, y también con mucha anchura; cuantas familias europeas tle católicas costumbres quieran tomar en este nuestro imperio su Patria no os arredre los robos que al establecimiento de este Impe– rio se hicieron a algunos Europeos, y no europeos, porque éstos no sólo no fueron hechos de orden del Gobierno sino es que los sin– tió entrañablemente; y eso los contuvo inmediatamente sin las tie– rras que hizo plantar, y unas existen para conservar el orden en sus plazas y si los perjudicados viven como buenos Patriotas peruanos, tiene el Gobierno muchos medios para resacirles sus daños in– ternos los terrores de esta sangre, porque sólo se ha perdurado y en su consecuencia en cuarenta y ocho días de esta patria insu– rrección no ha habido un solo castigo a satisfacer a nuestra injus– ticia que habían cometido con especialidad los mandones que son los que nos han mandado a favor de su inhumano capricho a los que dejamos para que sus propios paisanos y que en su propia pe– nínsula les den su merecido en virtud de la multitud de documen– tos que de esto mismo tienen en sus Consejos y en sus cortes en ra– zón de que nosotros ni queremos ser vengativos ni quejarnos por– que la Divina Omnipotencia que ha erigido este nuestro Imperio in fide et lenitate santum facit illum et elegit eum ex Omni carne. Así es americanos pues no tardemos que los instantes son precio– sos. Atended que no hay bruto que no vaya donde tiene tanta aco– gida, no seamos pues peores que los brutos. Reunámonos en la

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