Conspiraciones y rebeliones en el siglo XIX: la revolución del Cuzco de 1814
LA REVOLUCION DEL CUSCO DE 1814 567 felices de lo que h an sido en medio de las riquezas de su feracísi– mo y vasto suelo; así es señores, y para que por este heroico he– cho, este valor y fortaleza, este su vastísimo imperio del Perú sea ya desde el día de hoy reconocido respetado y temido por esos sus trofeos militares por uno de los más grandes del mundo, porque a los trescientos años de su conquista ha sabido destruir la tiranía de sus opresores y coronarse de sus propios laureles, laquis con· trifus est et n:os liverati sumus. Este es el objeto sagrado de vues– tra Congregación en este memorable día, pues si en el de ayer el sonido triste de las campanas, el estrépito pavoroso de nuestras ya P;itrias armas, el clamor de todo el clero y los cristianos sentimien– tos de nuestro aclamado y siempre obedecido como amado Patrio– ta el Señor Don José Angulo con sus dos dignos compañeros se– ñor Don Gabriel Béjar y el Señor Don Manuel Hurtado de Mendo– za, se congregaron en este templo, para celebrar el triunfo de nues– tros amados patriotas a la vista de sus venerables cenizas; hoy igualmente con sonidos más halagüeños nos habremos congregado todos en este mismo sitio, a celebrar nuestros patrios tirunfos y las gloriosas insignias de nuestra libertad; ¡Pero oh dolor! Que no sea yo en este día el más sublime de los oradores, para manifestar a tan numeroso concurso y a vista de estas sus banderas Patrias los justos deberes con los que todos los ciudadanos nos hallamos obli– gados a contribuir a nuestra Patria ¡Hoy qué campo se descubre ajeno a la elocuencia! Perdonad compatriotas y conciudadanos míos: mi lengua no acompaña a mi corazón! Pero vuestras mismas acciones de regocijo en alistaros bajo de esas señeras banderas Pe– ruanas hasta morir por Ja defensa de la Justicia de nuestra Patria, serán el Tulio de vuestro elogio y el de nuestra edificación, lo que os propongo en un solo punto; para asentar con una doctrina sana según el verdadero sentido de nuestra Santa Madre la Iglesia ayu– dadme a pedir Ja Divina gracia saludando a la Madre de los luces con el Ave María. ¿Con que en fin señores el Perú ha logrado hacerse indepen·d~te de los alienigenas? Vuelvo a preguntar ¿Señores es cierto que el Perú es ya una Nación libre como las demás del mundo? Señores ha llegado ya aquella época gloriosa en la que los desconocidos no nos mandarán? ¿Podemos señores confiar ya en que nuestros Patrios derechos no se nos violarán? ¿Estamos ya seguros de haber destruí.. do el inhumano despotismo? Sí, señores, el cielo y la tierra nos Jo afirman, aquél con sus profecías sagradas y ésta en sus constantes hechos; aquél diciéndonos: Regnum Hispanie a gente in gentem
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