Conspiraciones y rebeliones en el siglo XIX: la revolución del Cuzco de 1814
é08 MANUEL JESUS APARICIO VEGA Rafael Ramírez de Arellano; con el objeto sin duda de posesio– narse de unos derechos de que pensaban bien presto abusar. Y así fue que en 7 del febrero inmediato se celebraron las juntas parroquiales de esta Capital para el nombramiento de los electo– res municipales; de cuya ocasión se aprovecharon el Teniente Ase– sor Dn. Pedro López de Segovia, el Tesorero de estas cajas Dn. Baltazar Villalonga, y el Teniente Coronel de Milicias Dn. Martín de Valer para inflamar el numeroso concurso estudiosamente con– gregado en el convento de la Merced, para que sacasen del cuar– tel en donde se hallaba arrestado de orden del Gobernador el ya dicho Arellano; lo que efectivamente, han ejecutado atropellando la guardia de prevención, rompiendo puertas y rejas, y trayendo como en triunfo al arrestado al mismo congreso. Este primer ensayo de los cuatro díscolos que quedan cita– dos, les ha hecho contar con la docilidad del pueblo para todos sus designios. De aquí es que instalado el Cabildo Constitucional a sa– tisfacción de los autores de esta primera novedad, comenzó a de– clarar la guerra a todas las auto (f. 29v.) ridades, aspirando a ha– cerse superior a ellas, distinguiendo siempre al Tribunal en sus atentados. Al momento dejó las bancas, que conforme a la ley y al ceremonial aprobado por V.M. usaban sus capitulares, y co– menzó a usar de cunapés forrados de terciopelo, guarnecidos de galones de oro, sin embargo de la contradicción que en el punto le hizo el Tribunal. El Cabildo Eclesiástico ha seguido las huellas del secular, negándose al cumplimiento del propio ceremonial con los Ministros en las funciones de tabla, hasta el punto de verse pre– cisado el Tribunal, para evitar consecuencias ruidosas, a proveer un auto en que suspendía su asistencia a las dichas funciones hasta la resolución de V.M. a quien ha dado cuenta. En estas circunstancias debilitado el ejército Real con la de– rrota que su vanguardia sufrió en Salta, se veían cada día más dispuestos los ánimos al sistema destructor y subversivo; cuya idea confirmó la delación que en 9 de octubre del año ya citado tuvo el Gobernador político Dn. Martín Concha de la reunión de varios sujetos que se preparaban al asalto del cuartel, en donde existía toda la fuerza pública, y por consiguiente al trastorno y subversión del Gobierno. Se arrestaron con este motivo a los de– latados; pero no por eso dejó de emprenderse la repetición de un intento el 5 de noviembre siguiente; lo que fue asimismo im– pedido por la aprensión de los principales autores y por la vigi– lancia del Gobierno, aunque no sin algún derramamiento de san– gre ocasionado por el obstinado empeño de los rebeldes.
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