Conspiraciones y rebeliones en el siglo XIX: la revolución del Cuzco de 1814
628 MANUEL JESUS APARICIO VEGA buscar los modos más posibles para enredarme con todo el mun– do como que ha tenido tiempo, y lugar para todo, en esta virtud suplico a la integridad de vuestra merced que mirándome con conmiseración y/a ésta mi pobre familia con quienes estoy rodea– do interponga su respeto con el señor Gobernador Intendente pa– ra que se compadezca de mí, y que sea bastante ya castigo la opresión en que he estado a más de un año que ahora en todo tiempo lo digo, y lo diré que es injusto mi padecimiento y las calumnias que me suscitan, que si no fueran la benignidad del Jefe y su recta penetración qué hubiera sido de mí porque mis ému– los cada día procuran mi ruina; de modo que la misma perse– cución que padezco acredita sea yo cómplice en lo que me sur– tan: por tanto.- A Vuestra Merced pido y suplico se digne mirar por este infeliz indefenso, haciendo como solicito patente al señor Gobernador mi lamentable situación, y al mismo tiempo certificar la obediencia y prontitud con que me he presentado diariamente en su Juzgado para acreditar ante el Jefe, juro no proceder de malicia y para ello etc.- José Flores (Rúbrica). Pu– no y julio doce, mil ochocientos dieciseis. - Siendo constante a este Juzgado que el ocurrente se ha presentado diariamente podrá usar de sus derechos en que se halla radicado en conocimiento de su causa.- Llaguno de Talavera.- (Rúbrica).- Valenzuela (Rúbrica). Señor Gobernador Intendente.- Don José Flores postrado a los pies de usted con la debida veneración, y respeto parezco, y digo: Que la deplorable situación en que me hallo, me obliga a molestar la atareada atención de Vuestra Señoría exponiendo co– mo a padre mis penurias y aflicciones que me sitian que me ponen a la última miseria, así a mí, como a mi infeliz familia, al mismo tiempo hacer presente la total ruina de toda mi pobreza en el pueblo de Capachica, cómo aquellos mismos que me arruinan diariamente en este Juzgado, son los que me han causado mi total ruina en mis pobrezas; el espacio de más de un año que estoy preso, he sufrido las mayores crueldades de los vecinos de esta ciudad, quienes sin temor a Dios, me han estropeado así en pala– bras, como en obras, no sólo a mí sino también a mis pobres cria– turas, pues no tengo libertad para salir siquiera a misa, todo lo he sufrido en amor a Dios, y por cumplir los preceptos de Vuestra Señoría guardando exactamente lo mandado como la acreditaría el señor Alcalde de primer voto, ante quien no he faltado ningún día de presentarme; la mala forma que han propagado contra mí,
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