Conspiraciones y rebeliones en el siglo XIX: la revolución del Cuzco de 1814
LA REVOLUCION DEL CUSCO DE 1814 651 esta ocasión entró una tarde el mencionado insurgente a pregun– tar por ellas y ver si estaban ya acabadas, y luego vio encima de un cajón unos dos candeleros acabados a plata, y le preguntó, que unos eran aquellos y le contestó que eran pertenecientes al Cura de Colcha el doctor Cueva que con él, había mandado trabajar, y que estaban puestos ahí ya para llevárselos: que fue tanta la afi– ción del insurgente hasta que los tomó expresando que con su im– porte se haría pagar de unas seis varas de paño que le había dado, y que el importe de ellos se le abonaría sesenta pesos a tiempo de cancelar la cuenta pendiente: que aunque intentó el maestro Mi– nauro embarazarle pero que no pudo hasta que en efecto se llevó dichos candeleros con enojo. Que esta es la verdad de su declara– ción bajo del juramento que tiene hecho, siéndole leída de princi– pio a fin se afirmó y ratificó en ella, expresó no saber de su edad y al parecer demuestr a tener mayor a veinte y uno años: que no le comprenden las generales de la ley, y no firmó porque dijo no saber escribir de que doy fe.- Pedro Joaquín de Gamarra.-Escri– bano de su Majestad y Público. Al margen.- Otra de Mateo Sánchez.- En el mismo día mes y año, para continuar con la información que está produciendo don Melchor Minauro, presentó por testigo a don Mateo Sán– chez español de oficio platero de quien usando de la comisión a mí conferida, le recibí juramento que lo hizo por Dios Nues– tro Señor, y por una señal de Cruz, según derecho, so cargo del cual prometió decir verdad lo que supiese y fuere preguntado, y siéndolo al tenor del escrito que antecede dijo: Que a mediados del mes de marzo próximo pasado según tiene presente mandó tra– bajar con el maestro platero don Melchor Minauro una obrita de metal amarillo dorado con oro el insurgente Gabriel Béjar, con cuyo motivo entró una tarde el contenido a preguntar por ella y saber si estaba acabada estando el declarante presente en la tien– da de dicho Minauro como su oficial en cuya sazón estaban dos candeleros acabados de plata encima del cajón del otro oficial que los trabajó nombrado Vicente Calderón, pertenecientes al doctor Cueva Cura de Colcha, y luego se aficionó de ellos el mencionado insurgente y los tomó expresando que haría pago con su importe de los ciento veinte pesos que le estaba debiendo el presentante por un corte de capote que le había prestado: a cuyo tiempo le emba– razó Minauro a que no llevase pero que se incomodó bastante y por fin se los llevó con mucho enojo, el referido Béjar, que esta es la verdad de su declaración bajo del juramento que t iene hecho y siéndole leída esta su declaración de principio a fin se afirmó y
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