Conspiraciones y rebeliones en el siglo XIX: la revolución del Cuzco de 1814
LA REVOLUCION DEL CUSCO DE 1814 667 Así pues nosotros obligados de nuestra lealtad a nuestro sus– pirado Soberano, nos hallamos ya más de un mes en esta ciudad, con el embargo de unas mulas a sólo el destino de diestro y acertado pulso de usted nos designare, esperando por momentos sus órdenes superiores, para la entrega, y marcha sin que de par– te nuestra pueda concurrir asomo de tibieza en el pronto servi– cio a la defensa de los sagrados derechos de nuestro Monarca que oor amor a sus vasallos ha padecido tanto, circunstancia que exi– ge en nosotros un tierno recuerdo y la más activa gratitud amor y sumisión; por manera que a su comprobante, más tardará usted en ordenarnos la marcha con más bestias que nosotros en ejecu– tada. Sólo sí fundamentados en su bondad y generosidad, que es muy notoria, solicitamos, que puesto que es cumplido un mes de haberse alistado nuestras bestias, se digne siendo de su superior agrado, ordenar que para la satisfacción de los alfalfares, y de– más pastos que han mantenido estas bestias y sus dueños nos cobran con exigencia, se nos auxilie con el importe de los actos vencidos, o del mejor modo que la piedad descartada de usted deliberare, en el concepto, de que si no interviniese semejante ne– cesidad, nunca nos avanzaríamos a tal molestín, ni en ella pen– sáramos, si por otra parte tuviésemos proporciones para la dicha :;atisfacción: Por tanto.- A usted pedimos y suplicamos se sirva proveer como exponemos; es de j usticia juramos lo nuestro y para ello etc.- Manuel Valdivia (Rúbrica)- Hermenegildo Medi– na (Rúbrica).- Domingo Acosta (Rúbrica). - Francisco Manche– go (Rúbrica).-· Pedro Manchego (Rúbrica).- Alejandro Fernán– dez (Rúbrica). - Estéban Manchego (Rúbrica).- Marcelino Ta– pia (Rúbrica). - José Santos Castañeda (Rúbrica). Señor General en Jefe.- El Coronel don Francisco Noriega; dice: Que en el día no puede calcular el [ .... l de [ .... ] mu– las que necesitará el ejército para su salida: pero contempla– precisas las de los suplicantes, como también muy justo el que se les auxilie con alguna cosa para su subsistencia, teniendo us– ted presente que los arrieros Arequipeños estuvieron destinados en aquella ciudad sin uso alguno hasta el día que empezaron a servir que es lo que puedo informar a usted en obedecimiento de su Superior Decreto de General que rige. Cuartel General del Cusco y mayo ocho de mil ochocientos quince.- Francisco de Noriega. Cuartel General del Cuzco, mayo diecinueve de mil ochocientos quince.- Satisfagan a los arrieros suplicantes a tres pesos por
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy MjgwMjMx