Conspiraciones y rebeliones en el siglo XIX: la revolución del Cuzco de 1814

LA REVOLUCION DEL CUSCO DE 1814 673 a los más juiciosos y bien opinados, al terror, desconfianza, y desolación ¡qué terrible consecuencia no me acarreó exponiendo al Pueblo todo y sus Provincias que ansiosos de su justa libertad lo confiaron en mí! ¿Por quién? Por uno solo que bajo el aspec– to de timorato, tal vez obra atolondrado y falto de principios, y quizá ocultando una alma hipócrita como aquellos sepulcros blan– queados que detesta el Maestro de la verdad . Para esta grande obra me escogió por instrumento aquel Rey de las gentes que para confundir la soberbia y poder del Mundo erige y levanta del estiércol al humilde, sin ser posible con tales circunstancias una obra. puramente humana. El conocimiento ín– timo de este Arcano propio del Ministerio sagrado de V. S. Iltma. le hizo que admirando esta prodigiosa obra confesase y declarase que no sólo aquel poderoso dedo de Dios había concurrido en ella como en otras obras sino toda su mano santísima. Entre tes– tigos presenciales y de fama pública tiene V. S. Iltma. a todas las gentes de su rebaño que desde esta primera doctrina de su doctor Maestro, y Pastor quedaron confirmadas en la anticipada y natu– ral idea de la Defensa de la Patria y su justa libertad V. S. Iltma. consiguiente a su doctrina circuló órdenes a sus curas se prestó siempre a las gracias que se rendían en el santuario por las vic– torias y ventajas que ha logrado el sistema obsecuente al Gobierno de la Patria, ha contenido llamado, y ha prestado a pensar a los eclesiásticos contrarios o rebeldes a esta obra; ha franqueado sus cajas privilegiadas en obsequio de las obras públicas; ha auxilia– do la caja nacional, para el sostén de la Patria, del caudal sagra– do que fabrica y sostiene a la Iglesia. Todo lo ha hecho V. S. Jltma. gustoso y libre pues el Gobierno sin despotismo, ni aten– tado ha mirado el gremio Eclesiástico y Ministerio de V. S. Iltma. con el mayor respeto, armonía y consideración. Estos son datos públicos y documentados y de trascendencia que han obrado más en el ánimo común, para afianzar el interés de la Patria, que la proporción misma que ha palpado ni la fuerza. Este sistema so~tenido por las gentes, y autoridades tan solemnemente por V. S. Iltma. es el de la Patria que no significa otra cosa que la reu. nión de los horribres al objeto de su conservación y prosperidad mediante los derechos de la naturaleza y la necesidad que estaban arrollados para injusticia. De este modo, el hecho de la revolu– ción justificado por tantos títulos, es apoyado y santificado por V. S. Iltma. contribuyendo tan clásico apoyo a la decisión y con– fianza de las gentes. Apareciendo el hecho lícito y justo y soste– nido, de él nace el derecho igualmente lícito y justo para que

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