Conspiraciones y rebeliones en el siglo XIX: la revolución del Cuzco de 1814

686 MANUEL JESUS APARICIO VEGA a perderlo todo, porque en primer lugar la gente está bastan– temente intimidada; como sucede en toda dispersión; o derrota– da se desertaría; y en segundo lugar¡ a la hora que el enemigo se acerque con cien o doscientos hombres a los arrabales de esta Villa, se levantará indispensablemente todo el Pueblo contra nos– otros; no lo podremos contener, y menos resistir al enemigo, y aquí tiene V.E. que se desbarataría la poca guarnición que que– da, y se perderá no sólo el pueblo, sino el gran tesoro de útiles de guerra que tenemos en él; los oficiales Abajeños que se hallan enfermos caerán prisioneros, cuya pérdida es imponderable, y no tendremos como repararla.- Desengáñese V. E., yo sé lo que son esos países, y sin caminos. En caso que el enemigo cargue sobre este punto, no tiene V. E. ni la División de Cochabamba como im– pedirle que se apodere de él por la escabrosidad de los caminos, la desolación de los lugares, que no ofrecen el menor recurso, y la suma destrucción en que se halla la división de V. E., y la del Co– ronel Zelaya, suponga pues V. E. que el enemigo ocupase esta plaza con quinientos hombres tan solamente, como lo echaría de ella, al instante con nuestros propios útiles de guerra, triplicaría su fuerza. ¿Y con qué gente les pondría V. E. asedio en un pueblo de tanta extensión? ¿Con qué tiendas, ni bestias defendería V.E. la tropa de la intemperie? ¿Cómo mantendría las cabalgaduras? ¿Con qué armas, con qué municiones, y con qué artillería podría batirlos? Entonces vería V.E. los pueblos en que está. Chuquisa– ca ahora el más patriota se declararía en contra nuestra. Mire V. E. que naturalmente Ja parte principal más poderosa de todas -estas Provincias deben ser enemigos nuestros, según las disposi– ciones de nuestro Gobierno. Los curas porque le han perdido sus intereses, la mayor parte de sus bienes, el servicio personal de Jos Indios, y la autoridad que ejercían sobre ellos; Jos hacen– dados que son muchísimos que no tienen Yanaconas, ni pueden trabajar el arrendero como antes; los Mineros, y Azogueros, por– que no tienen Mitas, y están casi parados sus trabajos; los comer– ciantes porque son Europeos los más, porque están interceptado el camino, y porque no corre tanto dinero como en el sistema de Mita y Tributos, y los Eclesiásticos porque en este estado no tienen el ingreso de limosnas de Misas, y responsos que hasta aquí. Todos éstos por congraciarse con el enemigo, viéndonos débiles, por recobrar las ventajas particulares que han perdido, y por odio general que reina en estas provincias contra las gentes de abajo, nos habían de hacer una guerra irresistible, que nos arras– traría a nuestra total ruina. Los únicos amigos que tenemos son

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