Conspiraciones y rebeliones en el siglo XIX: la revolución del Cuzco de 1814

706 MANUEL JESUS APARICIO VEGA Preguntado cómo niega ignorar la causa de su prisión, como igualmente haberse vertido con expresiones seductivas, cuando de los autos consta que habiendo entrad0 al pueblo de Manzana– yoc, y a la casa de Pablo Trillo, con el fin de darle de comer a su bes– tia le dijo a éste que iba a solicitar de un Capitán del Cusco que no sabía su paradero y que de allí se conducía a la Capital de Pam– pas para ver si daba con él, en cuyo caso, o de cualquier otra suer– te desde dicha capital haría propio al Cusco, diga la verdad, ex– presando el nombre de dicho Capitán si sabe dónde existe, de cu– ya orden pasó a aquellos Pueblos, a qué fin, y con quiénes comu– nicó sus designios, dijo: Que es cierto llegó de transeúnte al pue– blo de Manzanayoc, y le dio de comer a la bestia en que iba cabal– gando en la casa de Pablo Trillo, con quien trabó conversación, di– ciéndole que su padre era Capitán en el Cusco, y que habiendo pensado irse para donde él, no pasaba adelante porque le habían dicho que los caminos estaban infestados de insurgentes; y que pensaba pasar a Pampas, y alojarse allí, hasta tanto pudiese seguir su ruta para el Cusco, y mientras no lo verificara haría propio a su padre para que le mandase algún socorro, y que ésto fué lo úni– co que pasó, sin que hubiese vertido las demás expresiones que contiene esta pregunta; y responde: Preguntado cómo niega tan descaradamente los hechos de que consta la anterior pregunta, cuando continuando la conversación que tuvo con Pablo Trillo, también Je dijo que Ja ciudad del Cusco era protegida por Inglaterra, quien debía proveerles de unas espe– cies de bombas pequeñas de fuego, que podrían arrojar con hondas los indios, y que también haría su comercio exclusivo, diga la verdad, sin faltar por más tiempo a la sagrada religión del juramento, dijo: Que lo único que parló con Pablo Trillo fue, por haberle pregun– tado éste, que si era soldado y qué clase de armas se usaba en la guerra, le contestó que sí, había sido soldado, y que en la guerra se usaban bombas para cañones, para morteros, y metrallas, sin haberle dicho, que éstas habían de remitir Jos ingleses, ni menos de su comercio; y responde. Hacérsele cargo, cómo se afirma en su negativa, cuando cons– ta de los autos que se le han formado, que en la misma conversa– ción que tuvo con el citado Pablo Trillo, le dijo: que todos los lugares estaban combinados a seguir a los insurgentes dél Cusco, y que la ciudad de Lima además de ser de éste número estaba cer– cada, sin que por ninguna parte pudiese escapar el Excelentísimo señor Virrey y que, los españoles que residen dentro de dicha ciu– dad serían sacrificados por los negros sus esclavos y entregados

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