Conspiraciones y rebeliones en el siglo XIX: la revolución del Cuzco de 1814

708 M.\~UEL JESUS APARICIO VEGA del Cusco, y que sólo se hallaba en aquellos lugares por averiguar cuáles eran los sujetos que defendían a España, y que no temía los Jueces que desde Lima había venido muy guapo, y auxiliado de todos, y que no tardaría ni dos días en esos lugares, por varios mo– tivos, diga, la verdad, dijo: Que es falsa en todas sus pa1 tes la re– convención que se la ha hecho, como que no procede semejante co– ~a, y responde. Preguntado si el confesante se acompañó desde la ciudad de Lima, hasta el pueblo de Paucarbamba y Chichihuasi, cómo se lla– ma, qué de~tino trajeron y desde dónde se separaron expresando, el camino que hubiese tomado, y con qué fin, dijo: Que salió de la ciudad de Lima solo, hasta el pueblo de Viñac, en donde se acompañó con el Guarda Mayor del resguardo de esta Capital don Pntricio Céspedes, viniendo en compañía de él hasta el tambo Co· tay, de donde se adelantó para esta Villa, habiendo hecho paseana en la pampa antes del pueblo de Huaylacucho, y al día subsiguien– te se pasó para el tambo de Paucara, y de allí pasó al pueblo de Acobamba de donde siguió su ruta, para Paucarbamba y Chichi– huasi, sin que se hubiese acompañado en todo el camino con nin– guna persona; y responde. Hacérsele cargo cómo dice que no se acompañó en todo el ca– mino con ninguna persona, cuando de los autos consta que el mismo confesante en el pueblo de Chichihuasi le dijo a don Eugenio de la Torre que había ido con otro del Cusco, a observar a los de esta parte, para su Gobierno, y que su compañero había regresado por la Costa llevando unos papelones de Lima, y otras partes a favor del Cusco, se le apercibe que diga la verdad, expresando el nom– bre y apellido de su compañero, qué papelones llevó éste de Lima, y otras partes, qué sujetos fueron los que se los dieron, y qué con– tenían dijo: Que es falso todo el cargo que se le hace, y que no co– noce a tal don Eugenio de la Torre, ni ha tenido compañero al– guno, ni sabe de tales papeles, y responde. Preguntado si no es cierto que el mismo confesante le decla– ró al referido don Eugenio de la Torre, que había pasado a la Villa Tayacaja a reparar a cuál parte defendían sus vecinos y que los que clamasen por el Cusco serían premiados: Que al confesante le pre– cisaba parecer ante Jos señores de la Junta de dicha ciudad del Cus! co, llevando averiguación de todos aquellos Jugares; y que por la Pascua estarían ya unidos los soldados del Cusco con los Porteños, los que traían todo pertrecho de guerra, encargándole el secreto, se separó de él, dijo: Que es falso el que el confesante, hubiese tra-

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