Conspiraciones y rebeliones en el siglo XIX: la revolución del Cuzco de 1814

718 MANUEL JESUS APARICIO VEGA había fugado al primer ímpetu, y que el segundo día entre ocho y nueve de la mañana lo sacaron de la casa del gobierno con el decoro debido y de nuevo le proclamaron por Gobernador Inten– dente de la Provincia en todas las calles y plazas con bastante rego– cijo y responde. A la tercera, dijo: Que de la misma manera ha oído de pública voz y fama que fueron desarmados los reclutas revolucionarios con bastante política y despedidos el segundo día con anuencia del señor Intendente D. Manuel Quimper, dándoseles a dos pesos por– que se temía hubiese alguna otra convulsión y responde. A la cuarta, dijo: Que es cierto que el presentante puso to– dos los medios necesarios a fin de no ir en compañía del insurgente Pinelo hasta llegar al extremo de ponerse en cama con enfermedad ficta y responde. A la quinta, dijo: Que no ha visto Jos oficios que se anuncia en esta pregunta, porque es constante que habiéndose el declaran– te eximido de caminar con Pinelo y habiendo éste dado orden mar– chase con él al Desaguadero la Compañía de que era Teniente el presentante, gritó dicha Compañía en la Plaza estando formada que si por Capitán que Jo era Don José Antonio de Jos Ríos y el Teniente Don Ramón de Echenique, no caminaban tampoco irían ellos y que entonces tomó el arbitrio de fingirse enfermo y res– ponde. A la sexta, dijo: Que aunque no estuvo en La Paz el declaran– te, pero que sabe que el día de la explosión del Cuartel de La Paz estuvo enfermo en cama con sangría el presentante y así salió a ver forma de contener ese desorden, y que en el interin le ha– bían robado todo su equipaje, sin dejarle cosa ninguna y que de lo demás ignora y responde. A la séptima, dijo: Que ignora los designios con que regresó al Desaguadero y responde. A la octava y última pregunta, dijo: Que sabe y le consta de ciencia cierta que desde que se retiró de esta ciudad de Puno no se ha vuelto a mezclar en ninguna de las cosas pertenecientes a Ja Patria, ni ha oído decir que en ninguno de los lugares que haya es– tado haya intervenido en las perversas ideas de los insurgentes;