Conspiraciones y rebeliones en el siglo XIX: la revolución del Cuzco de 1814

LA REVOLUCION DEL CUSCO DE 1814 721 versos lugares, huyendo de aquellos perversos tratos. Que cuanto deja declarado es la verdad, so cargo del juramento que hecho tie– ne en que se afirmó y ratificó. Dijo ser de edad de treinta y tres años poco más o menos y lo firmó con su merced de que doy fe. Chávez (Rúbrica)- Domingo Castillo (Rúbrica) .- Mendoza (Rú– brica).- Ante mí Juan de Valenzuela (Rúbrica) Escribano Público de Consejo de Guerra y Real Hacienda y Juzgados. En el mismo día presentó la parte por testigo a Don Manuel Larrauri, natural de los Reinos de España, vecino de esta ciudad, minero y azoguero de S. M. en las riberas de esta jurisdicción de quien el señor Comisario por ante mí el Escribano le recibió juramento por Dios Nuestro Señor y una señal de Cruz, según for– ma de Derecho, y le hizo como se requiere, bajo cuyo cargo pro– metió decir verdad en lo que supiere y fuere preguntado, y sién– dolo al tenor del interrogatorio de preguntas, que antecede, dijo: A la primera, dijo: Que con motivo de haberse hallado en la Sala del Consejo de Guerra que se formó para tratar sobre si se podrá hacer resistencia a las tropas enemigas que venían de la parte del Cuzco, oyó el declarante exponer generalmente que era cosa imposible a causa de no haber armas ni esperanzas de auxi– lios para la resistencia del número de gente y armas que suponían venir de aquella parte . Que en cuanto a la resolución que hubie– ren tratado sobre la rendición que se menciona; que ignora por haberse retirado de aquella junta antes que se hubiese concluido y responde. A la segunda, dijo: Que cuanto en esta pregunta se refiere es cierto todo y que habiéndose de pronto sujetado el orgullo y gri– tería de ?.quellos reclutas que rompiendo las puertas del Cuartel principal salieron por las calles, todos los demás vecinos se man– tuvieron constantes en defensa de la justa causa, pues el declarante reunido con el que lo presenta y con los demás vecinos salieron por calles y plazas a reparar y apaciguar los alborotos que hubie– sen, con lo que no hubo nada y todo aquietado se retiraron a sus casas y responde.

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