Conspiraciones y rebeliones en el siglo XIX: la revolución del Cuzco de 1814

LA REVOLUCION DEL CUSCO DE 1814 733 sido trascendental a todo mi clero. Si así ha sido, confío que la superior prudencia y equidad de V. E. con que ha gobernado tan felizmente este virreinato, le habrán hecho suspender el juicio y no dar entero crédito a lo que sin mayor examen, con precipita– ción, y acaso desafecto al clero le hayan sugerido; ha habido ecle– siásticos, no lo niego, que olvidados de su carácter, de sus obliga– ciones y de lo mucho que deben al mayor de los Reyes se hayan abandonado a favor de la perversa causa de los insurgentes, mas éstos han sido muy pocos, en comparación del mayor número de los verdaderos fieles a su Rey. Ha habido muchos que a rostro descubierto se opusieron a la fuerza de los reyes, curas que han mantenido en tranquilidad sus pueblos, no sólo en las partes del norte de ésta diocesis, si también en las opuestas donde cundió el mayor fermento; los eclesiásticos han ejercido la hospitalidad v beneficencia con todos los europeos escondidos y confinados, y ellos fueron los que libertaron la vida de t(ldos los que en el pri– mer furor y encarnizamiento de los rebeldes estuvieron amenazados de muerte . Todo lo que fuere incompatible, si todos hubieran si– do infidentes. Ahora que por beneficio de Dios logra la suspirada paz esta ciudad y sus comarcas, ha vuelto el clero a consolidar su antigua lealtad y cada uno tiende con docilidad a sus justos deberes sin que sean necesarios extraordinarios reclamos de su pastor, como que ya habrá llegado a noticia de V. E. que en las tropas pacifi– cadoras del Collao están sirviendo los curas de ayudantes de órde– nes en ocasiones urgentes. Sin embargo de todo, si a V. E. le parece conveniente el que otro se haga cargo del timón de esta iglesia, por ahora convengo gustoso por complacerle y diferir al superior dictamen de V. E. que .seguramente no tiene otro objeto que el mejor servicio de ambas Majestades; y elijo al Dr. Don Antonio Bustamante, cura de Paucartambo, por ser uno de los propuestos por V. E. y de mi satisfacción libraré el título a su favor, pero no será tan breve porque me hallo descubierto en algunos miles que tomé prestados de los fondos de mi iglesia para contribuir de donativo a S.M. y sus tropas pacificadoras; no tengo otro recurso para satisfacer que recaudar de los curas las cuartas que deben a mi dignidad, y sin retener entre tanto el gobierno me sería muy difícil esta di– ligencia y el pago, y aun el consultar a mi propia subsistencia en mi retiro. Al propio tiempo arreglaré algunos asuntos para me– jor expedición del que me sucediere.- Dios guarde a V. E. mu– chos años .- Cuzco y Junio, veinte y seis de mil ochocientos quin·

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