Conspiraciones y rebeliones en el siglo XIX: la revolución del Cuzco de 1814

í40 MA"IUEL JESUS APARICIO VEGA mante, Cura de Paucartambo de Jos cuales puede V. Señoría Ilus· trísima, elegir el que más le adapte, y si acaso entre ellos no hu– biese alguno de su satisfacción son muy de la mía el Doctor Don Santiago O. Felan, Cura de Acobamba, el Doctor Don Anselmo Pé– rez de la Canal de San Lázaro de esta Capital, y el Doctor don Fran– cisco María de Aduniaga de Chincha de este Arzobispado, debiendo advertir a V. Señoría llustrísima que cualquiera de estos tres que fuere elegido le sería muy perjudicial el gasto del viaje, y la sepa– ración de sus beneficios, por lo cual debería ser pensionada a su favor en cuatro mil pesos la renta de V. Señoria Ilustrísima, cuya circunstancia no concurre en ninguno de Jos tres primeros, en su inmediación a esa ciudad y hallarme instruido de ser todos pudientes.- Con la elección de cualquiera de los seis propuestas, creo que se atiende cumplidamente al importante objeto, que por el mal estado de la salud de V. Señoría Ilustrísima no puede en el día llenarse, como he dicho al principio y lo fuera en otras cir· cunstancias; y así espero que a vuelta de correo me exprese V. Señoría Ilustrísima su determinación que s in duda será la más conforme con el bien de su Iglesia y del estado. Dios guarde a V. Señoría Ilustrísima muchos años. Lima y Junio diez de mil ocho· cientos quince. El Marqués de la Concordia. Ilustrísima. A.G.I. Cuzco 66. *

RkJQdWJsaXNoZXIy MjgwMjMx