Conspiraciones y rebeliones en el siglo XIX: la revolución del Cuzco de 1814

LA REVOLUCION DEL CUZCO DE 1814 75 y siéndolo al tenor del escrito de fojas dos, dijo: Que con motivo de haber asistido al solemne acto que se cita desde las ocho y me– dia de su mañana, no vio otra cosa que mucha quietud, armonía y unión para el buen acierto, que mediante ella fueron elegidos por pública aclamación general, y reiterada los dos escrutadores y el Secretario; que en esta virtud empezó a votar el muy ilustre se– ñor Presidente, a cuyo tiempo se interrumpió por la mayor parte del pueblo pidiendo que respecto de que el lugar a pesar de su capacidad era estrecho para aquel acto, se saliese al patio para po– derlo verificar con más comodidad lo que efectuado se manifestó que realmente se necesitaba toda aquella extensión, puesto que fueron repletos de gente no sólo el patio, sino los ocho ángulos altos y bajos que lo adornan, sin que quedasen libres ni las corni– sas, y hallándose ya a punto de continuar el muy ilustre señor Pre– sidente su votación, oyó el declarante una general voz que al prin– cipio no entendió a que se reducía, pero que con la repetición con– forme entendió que pedía el pueblo todo la libertad de los dos abogados que se hallaban presos en el cuartel, instando mucho por ella; que el señor Presidente se negó apoyado de su asesoría de Go– bierno que estaba a su lado, diciendo dicho Asesor don Pedro López de Segovia al pueblo por varias veces que no tenía facultad para aquello, que no obstante instaba el pueblo protestando no proce– der a votación, mientras no se realizaba la libertad de los dos ci– tados abogados; en cuyo estado echando de ver el jefe por una parte la tenacidad del pueblo, y por otra las súplicas de los seño– res asesores y Doctor Don Sebastián de la Paliza que deseaban evi– tar todo desorden y tranquilizar el ardor con que el pueblo pedía la dicha libertad sin faltarle por esto en lo menor al respeto debido al jefe accedió éste bajo de la oferta que hizo el mismo pueblo de salir por fiador de aquellos dos individuos de tal manera que ha– biéndose otorgado la fianza por medio de boleto con consentimien– to del muy ilustre señor Presidente, y firmádose por tres individuos de representación, leída que fue al pueblo la repugnó, pidiendo que se pusiese otra porque aquella no contenía la cláusula de ser fia– dor todo el pueblo, en cuya representación firmaron los tres. Que viendo estas dilaciones la mayor parte del concurso salió atrope– lladamente por la portería de dicho Convento, y según supo el de– clarante, después que quedó casi despejado el patio, que la ruta de aquellos había sido el cuartel, en cuyo instante pasó el decla– rante al lado de su jefe a informarle de esta noticia con el fin de que se evitase cualesquier grave acontecimiento, y que entonces vio que llamado el Capitán Don Felipe Eulate, recibió del señor

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