Conspiraciones y rebeliones en el siglo XIX: la revolución del Cuzco de 1814

LA REVOLUC!ON DEL CUSCO DE 1814 171 de Paucartambo no sólo se halla gobernando la Diócesis del Cuzco con aprobación de la Real Audiencia, de su Presidente interino, y del General en Jefe del ejército Dn. Juan Ramírez, sino que tiene también la del Virrey en el mismo hecho de haberse ejecutado el nombramiento conforme a su propuesta: y hallándose recomen– dado también por los mismos para el Obispado, no hay causa al parecer que lo impida: respecto a que nada dice el Cabildo contra él, como era regular si su mérito no fuese generalmente conocido, y sólo funda su queja con haberse postergado al Arcediano Con– cha, llamado a Lima para mantener la tranquilidad. Que si en todos tiempos es interesante que se hallen a la ca– beza Prelados respetables y dignos de la confianza de S .M., en el día es absolutamente indispensable para preservar a los vasa– llos de los males incalculables que trae consigo el extravío de la opinión o los malos ejemplos producidos por la debilidad, o por el espíritu de partido de algún otro superior olvidado de las estre– chas obligaciones que le impone su estado; y en consideración a to– do estima el Señor Fiscal, que podrá aprobarse todo lo practica– do en este asunto por el Virrey de Lima, previniéndole detenga en aquella ciudad al Arcediano Concha, y al Provisor Dn. Herme– negildo de la Vega, sin permitirles su regreso al Cuzco, hasta que considere no se presenta en ello algún inconveniente: que desde luego no sólo parece útil, sino absolutamente necesario se pro– ceda al nombramiento de Auxiliar de aquella Diócesis, bien sea en el doctor D. Antonio Bustamante mediante la uniformidad con que se halla recomendado por las au toridades que deben estar instruidas de su mérito; o bien en otro cualquier Eclesiástico que merezca la Real confianza y sea la edad proporcionada y carácter firme para emprender la reforma de aquel clero con el tino y pru– dencia que son indispensables: y que en cuanto a la reducción del número de individuos de los conventos de San Francisco y de Nuestra Señora de la Merced, como el hacerla de repente ofrez– ca inconveniente de grave consideración, le parece asimismo al Señor Fiscal, que sacándose copia de lo que sobre el particular se expone por la Real Audiencia en su citada representación de 20 de abril, se pase al P. Comisario General y Vicario General de la Merced, para que así sobre él, como sobre los medios que deberán adoptarse para desterrar de sus respectivos súbditos las opiniones de desorden, informen lo que se les ofrezca y parezca. (AL MARGEN) Consejo de 10 de mayo de 1816, Sala 2a. Señores Re– quena, Vega, Urbina, Mosquera, Leyba, Tinco, Sobremonte, Mer-

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