Conspiraciones y rebeliones en el siglo XIX: la revolución del Cuzco de 1814

180 MANUEL JESUS APARICIO VEGA po y que forme causa al Provisor don Hermenegildo de la Vega y a los tres párrocos que se pusieron al frente de los insurgentes: Que se pase el expediente a Ja Cámara /margen folio 3/ para que proponga un obispo Auxiliar y que se pida a dichos Prelados el in– forme que propone el Fiscal con respecto a los conventos regula– res. Resolución. Como parece. Señalada en 8 de junio de 1816". TEXTO . "Con Carta de 24 de octubre de 1815 dio cuenta el Virrey del Perú de que habiendo tenido noticias ciertas de la reprensible conducta del R. Obispo del Cuzco en el tiempo que es– tuvo aquella provincia en insurrección, se puso de acuerdo con el M. R . Arzobispo de Lima por consideración a Ja delicadeza del asunto y haciéndose cargo este prelado de la edad nonagenaria del obispo y su abatida (fol.lv) salud, que acaso habían sido causa de sus irregulares procedimientos, propuso que se le precisase a nom– brar un sujeto de su satisfacción que ejerciece sus funciones co– mo Gobernador eclesiástico de la Mitra. El Virrey se conformó con este dictamen del M.R. Arzobispo, y aun Je encargó indicase los individuos del clero de su Arzobispado o de Ja Diócesis del Cuzco que a su juicio reuniesen las calidades necesarias para desempeñar dicho gobierno y absuelto este / folio 2/ paso escribió el Virrey al Obispo manifestándole lo importante que era al mejor servicio de ambas Majestades el qui; nombrase un Gobernador Eclesiástico que con todas sus facultades pudiese expedir las laboriosas funciones para lo que inhabilitaban sus años y dolencias y a continuación le significó los eclesiásticos que juzgaba aptos para aquella con– fianza. El R. Obispo eligió después de alguna ligera resistencia al doctor don Antonio de Bustamante, Cura de Paucartambo, uno de /av. / Jos propuestos. Por este medio terminaron entonces los ma– les que amagaban al obispado por Ja ancianidad y débil consti– tución de su Pastor, pero el carácter intrigante y ambicioso del Ar– cediano de aquella Iglesia don José Benito Concha y del Provisor don Hermenegildo de Ja Vega, que no podián ver con indiferencia extinguido el absoluto poder que ejercían sobre el ánimo del obis– po, ni tolerar al frente del Clero un sujeto de la fidelidad e in– corruptible rectitud del Dr. Bus /F. 31 tamante se confabularon con el Cabildo de la Catedral para oponerse a Ja recepción del Go– bernador; pretendiendo que conforme a Derecho debía ejercer el Cabildo dicho Gobierno a falta de Prelado y le fue preciso al Vi– rrey mandar que don Hermenegildo de la Vega y don José Benito

RkJQdWJsaXNoZXIy MjgwMjMx