Conspiraciones y rebeliones en el siglo XIX: la revolución del Cuzco de 1814
LA REVOLUCION DEL CUSCO DE 1814 205 visor Y que el Dr. Bustnmante. Que para cortar este cisma le fue forzoso prevenir a los capitulares el ningún fundamento del de– recho q4e alegaban, pues en un caso extraordinario y viviendo el R. Obispo, le era lícito delegar su Gobierno al eclesiástico que fue– re de su agrado; previniéndoles que tomaría las providencias que bastasen a escarmentarlos si intentasen fomentar aquella teme– raria oposición: pero que como ni aun esta providencia era sufi– ciente a tranquilizar aquella tempestad dejando en el Cuzco a los dos principales motores de la insubordinación del clero, había mandado que dentro del término de cuarenta días se presentasen sin la menor excusa en esa capital el Dr. Dn. Hermenegildo de la Vega (a quien había mandado separar del Provisorato), y el Arce– diano Dn. José Benito Concha, a fin de contenerlos en sus lími– tes y evitar los daños que ocasionaría su presencia en aquella ciu– dad, todo lo cual me h izo presente para que me dignase resol– ver sobre dicho prelado y demás incidentes lo que fuere de mi Real Agrado. Resentido el Cabildo de que no hubiese recaído el Gobierno del Obispado en alguno de sus individuos, ha dirigido dos representaciones con fecha de 10 y 26 de agosto de 1815, en las cuales refiriendo su modo de proceder durante la revolución hace presente el agravio que se le ha inferido en habérsele despo– jado del derecho de suceder en el gobierno por cualquiera vacan– te del Prelado, atribuyendo la elección hecha en el Dr. Dn . An– tonio Bustamante al influjo del Regente Dn. Manuel Pardo. Igualmente ha manifestado la Real Audiencia del Cuzco en carta del 20 de abril del propio año de 1815, el origen y progresos de la revolución asignando las personas que más se distinguieron en la insurrección, la que atribuye principalmente a los eclesiás– ticos seculares y regulares de quienes dice que a excepción de muy pocos abrazaron con tal entusiasmo el sistema destructor que mu– chos de ellos han sido caudillos de tropas armadas debido todo al ejemplo del R. Obispo que en su .ancianidad y dirigido por su Provisor Dn. Hermenegildo de la Vega había dado las leccio– nes más escandalosas de insubordinación a mi Real Persona bajo cuyo supuesto añade que mientras no se separe al Reverendo Obispo y a su Provisor de aquella Provincia, sólo la fuerza arma– da podrá impedir la renovación de una convulsión tan funesta y tan perjudicial, además de que su edad casi nonagenaria y la absoluta debilidad de sus potencias lo incapacita del todo . Que también deberán ser separados de sus doctrinas Dn. Eduardo Na– varro cura de Capi, Dn. Juan Becerra y Dn . Ildefonso Muñecas vicarios de la Parroquia de Españoles de aquella capital, Dn. Juan
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