Conspiraciones y rebeliones en el siglo XIX: la revolución del Cuzco de 1814
22 MA.'lUEL JESUS APARICIO VEGA mediaron algunas contestaciones por escrito en que éste quiso re– tractar en parte su anterior disposición, intentando desempeñar las funciones de su mitra al mismo tiempo que su provisor y que el Doctor Bustamante. Me ha sido forzoso, para cortar este cisma, prevenir a los ca– pitulares el ningún fundamento del derecho que alegaban, pues en caso extraordinario y viviendo el Obispo le era lícito delegar su gobierno al eclesiástico que fuese de su agrado, y finalmente qne tomaría las providencias que bastasen a escarmentarlos si in– tentasen fomentar aquella temeraria oposición. Mas como ni esta providencia hubiese sido suficiente a tran– quilizar aquella tempestad; dejando en el Cusco a los dos princi– pales motores de la insubordinación del clero, he mandado que dentro del término de cuarenta días contados desde el veinticinco de setiembre último se presenten en esta capital el Doctor Don Hermenegildo de la Vega (a quien he mandado separar de Provi· sor), y el Arcediano Don José Benito Concha, a fin de contenerlos en sus límites y evitar los daños que ocasionaría su presencia en aquella ciudad. De todo he querido ilustrar a Vuestra Excelencia para que co– municándolo a Su Majestad resuelva sobre dicho Prelado y demás incidentes lo que fuere de su Real beneplácito, sirviéndose tener muy presente que el citado Obispo ha propuesto y pedido por su auxiliar al Arcediano Don José Benito de la Concha, a fin de que en vista de lo expuesto se le niegue semejante Gracia o disponga sobre todo el Soberano lo que conceptúe de justicia. Dios guarde a Vuestra Excelencia muchos años. Lima, 24 de octubre ae 1815. El Marqués de la Concordia Al Excelentísimo Señor Secretario de Estado y del Despacho Uni– versal de Indias. A.G.I. Lima. 749. *
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