Conspiraciones y rebeliones en el siglo XIX: la revolución del Cuzco de 1814

LA REVOLUCION DEL CUSCO DE 1814 29 noro o por haberse vuelto a irritar dicho Angulo, conmigo, por haberme negado t enazmente a salir como Alcalde de su Palafre– nero el día que por su violencia, y fuerza, y sin más voluntad que la suya, se hizo Capitán General, intentando ceremonias propias sólo de la Majestad Real de Rey, a todas las que me opuse hacién– dole ver que era un despotismo. Finalmente digan si es cierto que retirado con mi familia pos– teriormente, a la Villa de Urubamba huyendo de la Ciudad, y san– guinario modo de pensar , y obrar de estos traidores, especialmen– te de Mateo Pomacahua, se condujo éste a aquel lugar , con desig– nio de quitar la vida a varios, debiendo ser yo el primero, lo que manifestó a nuestra vista amenazándome por tres veces la vida, que la creí sacrificada a sus iras, por la disposición que trajo con– sigo de Soldados de caballería e Infantería acostumbrados a ma– tsr, a más de los preparativos de grillos, esposas, cordeles, hábi– tos de misericordia y verdugo. Por último digan si es cierto que habiendo tenido noticia de la feliz contrarrevolución de esta Ciudad acaecida la noche del diez y ocho del pasado Marzo, fui yo el primero que en la Villa de Uru• bamba, proclamé al Rey commoviendo al vecindario con vivas por sus calles, y Plazas, y reunida la gente que a llí estaba entre veci– nos y emigrados, hacíamos sin interés, y con el mayor gusto guar– dias y Patrullas, tratando de la seguridad de aquella Provincia, y sus puentes para evitar la fuga de los rebeldes, o prenderlos allí, si intentaban pasar a soterrarse en sus inmediatos valles. Por tanto. A Usía Muy Ilustre pido y suplico se sirva proveer y determi– nar como solicito en el exordio de éste por ser así de justicia. Ju– ro lo necesario en derecho, y para ello etcétera. Otrosí a Usía Muy Ilustre pido, y suplico se sirva ordenar que el Señor Ministro, que hoy hace de Regente de esta Real Audien– cia Don Pedro Antonio Cernadas, informe sobre lo acaecido en el Cua,rtel el día cinco de agosto del próximo pasado año y cómo me conduje exponiendo mi vida en favor de los señores que se ha– llaban presos, y de todo el público, con todo lo más contenido en d particular, como igualmente si es cierto cuanto tengo dicho so– bre mi comportamiento en Urubamba y haber ofrecido para el so– corro de los Soldados que se destinasen a la Guardia del Puente un Reloj de faltriquera que acaso era lo único que me había que– dado, no queriendo ser menos en manifestar mi generosidad y amor al Rey, imitando la que manifestó dicho Señor Ministro, y uno

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