Conspiraciones y rebeliones en el siglo XIX: la revolución del Cuzco de 1814

• LA REVOLUCION DEL CUSCO DE 1814 549 257 AUTOS PROMOVíIDOS POR EL DOCTOR RAFAEL RAMIREZ D.E ARELLANO A NOMBRE DEL COMUN DE INDIOS DEL PUEBLO DE HUAROCONDO. Contra el Subdelegado y Justicia Mayor de Abancay don Do– mingo Pagasa Ortundo, don Bruno Francisco Celices, sobre re– partos y otros excesos en agravio de aquéllos. El protector Particular nombrado para la Comunidad de In· dios del Pueblo de Huarocondo, por la que se han apersonado tcidos los nobles y principales de él, ante V.S.M.I. y como más haya lugar en derecho dice: Que la referida comunidad se halla gravada y oprimida con los crecidos y continuados repartos que el subdelegado del Partido de Abancay a donde corresponde y su Justicia Mayor don Bruno Celices han entablado para hacer su granjería. Esta es tanto más nociva y odiosa, cuanto a ella se agrega el ningún disimulo del repartidor que lo hace a su pro– pio nombre la inutilidad de lo repartido, la ninguna equiaad en el precio, la coacción consiguiente a todo esto, la absoluta pro– hibición de tal comercio, y otras muchas sensibles resultas de sólo este principio y objeto con que aquel Juez posee el Partiao. Y para especificar algo de tanto que se espera justificar, ha– ce presente a V.S·M.I. que los indios han recibido una multi– tud de mulas que cargándoseles al precio, necesarias, a la ocupa– ción, industria y labranza de aquellos vecinos, es visto que reci– bl'n un agravio el más desaprobado. Si se mira a otro ramo o especie repartida se encuentra el fierro poco útil para los prote– gidos, y aun cuando les fuese de su agrado y ayuda lleva el he– cho toda la gravedad consigo, por dárseles a ocho reales la libra con el lucro de un cien to por ciento que lo sufre y recibe el infe– liz repartido a mal de su gana y lo satisface con dolor, quizá sin h -aber hecho uso alguno en su ayuda o utilidad. Ni es posible para ellos en el recibir o en el satisfacer, algún desahogo, libertad o tregua porque se hallan rodeados de inte– resados y ejecutores que lo son el mismo Justicia Mayor, el Al– calde Mayor del Pueblo y sus Caciques todos de una facción ya angariados, ya autorizados para esta operación e injusticia, p0r cuyo logro se buscan arbitrios, medios y convenios de segu-

RkJQdWJsaXNoZXIy MjgwMjMx