Conspiraciones y rebeliones en el siglo XIX: la revolución del Cuzco de 1814

556 MANUEL JESUS APARICIO VECA P<:ralta, como más haya lugar en derecho, ante V. Señoría Ilus– trísima parezco y digo: Que los citados mis padres deseosos de qt.e yo corriese Ja carrera eclesiástica me dedicaron al estudio de Ja Latinidad, Filosofía, Sagrada Teología y Leyes hasta obte– ner el grado de Licenciado en la Real y Pontificia Universidad de Nuestro Padre San Antonio y haberme matriculado de practican– te en esta Real Audiencia, según consta de las credenciales que manifiesto para que vistos se me devuelvan. (Comentario) Se culpó a Becerra de ser autor de la carta y un pasquín cuyo texto es así: (Al margen) PASQUIN. Los patricios del Perú estimulados de Jos St'ntimientos que inspira a su Madre Patria se ven en la dura pero inevitable necesidad de hacer patente a los ojos del público los ultrajes, la arbitrariedad y despotismo de los jefes que en el día la gobíernan. Pues éstos abusando del mando que se les cunfía para administrar Justicia se empeñan aún (a la vista de tantos ejemplares trágicos) en hacerles sentir el inicuo brazo de la opresión, de la arbitrariedad y despotismo, sin advertir que la ciega obediencia de éstos algún día (pero pronto) se converti– rá en una general indignación y de este modo se cortarán de m iz estas iniquidades. Porque, ¡Oh! público parcial, no advertís e1; la grave injuria que en el día de hoy se ha cometido por es– tos hombres desnaturalizados al nombrar por Regidores (o por n.ejor decir por Padres de la Patria) a dos individuos sin más méritos que ser de igual rango que ellos (esto es) originarios de b s aldeas de Europa sin otra ilustración que el de la vara, de los ochavos, pulgadas y cuartas, ni ser acreedores a ello sino por la adulación, oficios serviles y una decidida intriga. Dejemos por ahora de hacer discursos patrióticos y llevemos la imaginación a reflexionar en las lastimosas catástrofes [pero precisa] que las demás ciudades van representando para modelo y regla de las demás hermanas y aliadas suyas. En esto no advertimos otra co~a que el último paradero de estos más bien enemigos de la Patria que protectores, un público suplicio y sólo así podemos aún sufrir con sus negras máximas pues ya nos presenta la tris– te tragedia que los espera a éstos que se titulan Oidores, Conse– jeros, Magistrados y en una palabra Mandarines.- Receta que tr:.ijo la Goleta Americana para los chapetones: Si veis que la fortuna en perseguirnos se atomiza, ¿por qué no huis con prisa

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