Conspiraciones y rebeliones en el siglo XIX: la revolución del Cuzco de 1814

LA REVOLUCION DEL CUSCO DE 1814 563 gurando el inmeaiato auxilio del Ejército Porteño y suponiendo que a éste le había anunciado la insurrección del 3 de agosto último para el 25 del mes anterior. Que así mismo fue uno de lo~ que se opuso a la libertad de las autoridades legítimas, reco– gic,ndo firmas para representar a nombre del Pueblo su repug– nancia y últimamente que esperaba con gusto las exequias solem– nes que se habían éle celebrar por Túpac Amaru, Aguilar y Ubal– de, cooperando con estos hechos y otros de igual naturaleza a 1a insurrección de esta Provincia; debiendo ceñirse toda la actua· ción de Uél. a recibir bajo de las cautelas del más estricto sigi– lo el oportuno sumario que los califique, salvando cuantas ci– ta~ ocurran, en cuyo estado se me pasará el expediente para li– brar las providencias que correspondan. Todo lo que espero practique Ud. sin pérdida de instante al– guno y con la imparcialidad que me prometo de su rectitud pa– ra que de esa suerte se absuelva este importante paso del mejor servicio del Soberano y yo reciba esta nueva prueba de la fide– lidad que le tiene acreditada.- Dios guarde a Ud. muchos años. Cusco y mayo 6 de 1815.- Ramón Gonzalez de Bem.edo (una rú– brica). Sr. Dr. Don Pedro Miguel de Urbina. Cusco y mayo 22 de 1815.- Por recibido con el debido apre· cio, procédase a recibir la respectiva información al tenor del oficio de comisión llamándose los testigos que puedan ser sabe de-res de los hechos a que se contrae aquél a quienes se les red birá igualmente juramento de sigilo en esta materia.- Pedro Mi· guel de Urbina (una rúbrica).- Ante mí. Juan Clemente Jordán. facribano habilitado (una rúbrica). En la ciudad del Cusco en veinte y tres días del mes de ma– yo de 1815 (mil ochocientos y quince años).- El Sr. Dr. Don Pe– dro Miguel de Urbina Abogado de esta Real Audiencia y Juez Co– misionado para el conocimiento de esta causa, mandó comparecer para los efectos prevenidos en el oficio y decreto anterior al Dr. Don Iginio Talavera, Cirujano de profesión y vecino de esta ciu– dad de que por ante mí el Escribano le recibió juramento que lo hizo por Dios Nuestro Señor y a una señal de Cruz según derecho, :;o cargo de él prometió decir verdad y de guardar secreto en lo que supiere y fuere preguntado y siéndole al tenor del oficio que va por cabeza dijo: Que ha sido constante y notorio de que el

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