Conspiraciones y rebeliones en el siglo XIX: la revolución del Cuzco de 1814

LA REVOLUCION DEL CUSCO DI! 1814 567 Ciudadano Rufino de Macedo, Diputado del Congreso Consti– tucional del Perú por la Provincia de Azángaro y Coronel de Ca– rabaya. Certifico, me consta que el ocurrente en clase de Teniente del Batallón del Centro del Ejército del Cusco, hizo la Campaña sobre Arequipa el año 14, donde entró después de haber derrota– do a los españoles en Cangallo, y por cuya victoria le concedieron el grado de Capitán: Que en esta clase se batió en Umachiri con la división del General español Ramírez, en cuya acción fue des– graciadamente derrotado. Que es verdad y me consta en fuerza de haber yo también halládome con el Ejército de la Patria en el referido combate, que el Padre de dicho Dianderas que hizo tam– bién la campaña indicada en la clase de Coronel fue fusilado por los españoles a las dos horas de haber sido prisionero; última– mente que el expresado Dianderas desde aquella desgraciada épo– ca hasta la fecha se ha mantenido firme en el sistema de nuestra independencia trabajando por su adquisición con despecho y en– tusiasmo; de suerte que por nueva prueba de su interés por la li– bertad hallándome de Intendente de la Provincia de Azángaro es ckrto que en momentos de haber ocupado el General Figueredo con su División la Capital del Departamento suscribió conmigo espontáneamente la Acta del 24 de Febrero en que aquel pueblo expresó su voluntad por la nueva causa que empezó el 26 de ene– ro del año actual; y que como yo viese convenido de su actitud y patriotismo le encargué una partida de 25, he visto que los dis– ciplinó y conservó con ellos el orden y tranquilidad pública de aquella provincia. Lima, octubre 29 de 1827.- Rufino de Macedo (Rúbrica).-Lima, noviembre 1 ~ de 1827.- Al E. M·N.- Salazar (Rúbrica). Excelentísimo Señor.- El ciudadano Pedro Dianderas ante V.E. con el debido respeto parezco y digo: Que guiado por mis sen– timientos por mi convencimiento y por el ejemplo de mi padre, el año 14 en el acto que la ciudad del Cusco, se pronunció por la independencia me enrolé entre los que juraron sellarla con su san– gre. Vencedor sobre Arequipa en la acción de Cangallo, los jefes de aquella división consideraron mi mérito, y me dieron el grado de Capitán en cuya clase serví en la desgraciada jornada de Uma– chiri. En ella, y sobre el mismo campo perdí a mi padre fusilado; en consecuencia toda mi fortuna por haber sido tomados por el gobierno todos los intereses de mi familia como pertenecien-

RkJQdWJsaXNoZXIy MjgwMjMx