Conspiraciones y rebeliones en el siglo XIX la revolución del Cuzco

156 LA REVOLUCION DEL CUZCO DE 1814 y la Patria: sin embargo de lo cual a vista de la instancia del con– curso, que repetía la voz una y muchas vece~ que salgan, que se les deje hablar, que ellos se defenderán, y que parte de los concu– rrentes se dirigió al Cuartel, diciendo que los iban a sacar, dió or– den para que con ella saliesen, habiéndose obligado el mismo Pue– blo a quedar de fiador por dichos Abogados, expresando que no votarían hasta que ellos saliesen. Que en circunstancia de correr dichas voces entre las que pidió también el declarante movido de caridad, que se les diese libertad a dichos Abogados, dirigió el Se– ñor Teniente (f. 6 v.) Asesor al Pueblo una exortación cariñosa y muy sagaz, sobre que mirasen por la fidelidad de la Ciudad, y que esta no se manchase con algún borrón; que obedeciesen al Señor Presidente, y contestó el Pueblo que lo obedecían, lo veneraban y lo amaban, y dijo el declarante llegándose a dicho Señor Ojalá sea V.S. siempre nuestro Jefe porque conocemos su buen corazón. Que habiéndose presentado ante su Señoría y todo el concurso los dos Abogados D.D. Rafael Arellano y Don Manuel Borja, expre– saron con toda cortesía que se hallaban inocentes y que harían ver a todo el público su inocencia: que habían sido causadoS: por in– flujo y sugestión de sus enemigos. Que con esto se alegró el Pueblo, viendo libres a dichos dos abogados les dieron abrazos, y con la mayor serenidad, paz y sociego procedieron a la votación de los electores, habiendo sufragado su voto el declarante como ciudadano, con toda libertad y gusto, como lo hicieron todos los demás ciudadanos. Que dicha votación duró hasta cerca de las nueve de la noche, a la que asistió el declarante sin más interrup– ción que el espacio de hora y media que se retiró a su casa a co– mer, desde la una del día hasta las dos y media de la tarde, en que volvió al Convento, y halló todo el congreso con el mismo sociego, gusto y alegría, como ya tiene expresado, sin que hasta la referida hora de cerca de las nueve de la noche en que se disolvió la Junta Parroquial hubiese ocurrido disgusto, tumulto ni otro motivo que indicase nulidad en la votación. Que en esta conformidad salieron los cinco Electores a satisfacción, y beneplácito (f. 7) del decla– rante y de todo el Pueblo, que manifestó su regocijo con aclama– ciones de Viva el Rey, la Constitución, el Señor Presidente, los señores Segovia y Villalonga, y demás electores; con lo que se retiraron los concurrentes acompañando mucha parte de ellos al señor Presidente hasta su casa con muchos vítores, cuetes y de– mostraciones de alegría. Que esta es la verdad so cargo del jura– mento que tiene hecho; y siéndole leída esta su declaración d~

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