Conspiraciones y rebeliones en el siglo XIX la revolución del Cuzco

LA REVOLUC!ON DEL CUZCO bE 1814 183 Serenísimo Señor.- El nuevo Ayuntamiento de la Fidelísi– ma Ciudad del Cuzco, centro de la América del Sur, instalado el 14 del presente al nivel de la benéfica y sabia Constitución de la Mo– narquía Española representa a V. A. los sucesos acaecidos en esta antigua Metrópoli del Perú a mérito de los primeros esfuer– zos practicados para la publicación, jura y observancia de la nue– va base fundamental de la felicidad nacional. Cuanto más se de– moraran en la Capital de Lima sus ejemplares tanto más se encen– día el deseo de este generoso vecindario que ver el momento féliz de su regeneración política reestablecida por las infatigables discen– siones de los sabios patriotas que la formaron, cuyos sólidos prin– cipios han precipitado los colosos de la arbitrariedad y del despo– tismo que sofocaban y deprimían los derechos sagrados e impres– criptibles del Hombre y del Ciudadano. Este fiel y laudable en– tusiasmo impidió a varios ciudadanos de honor y de distintas con– decoraciones a reclamar por el escrito del número le:> (entre los documentos acompañados) presentado al Gobierno el 14 de di– ciembre del año que expiró la publicación y cumplimiento de la Constitución que recibió el 9 del mismo mes por la voz general, que aseguraba haber acordado los individuos del Cabildo pros– cripto en unión de nuestro Regente de esta Real Audiencia don Manuel Pardo abusando de la sinceridad de vuestro Presidente accidental el Brigadier don Mateo García Pumaccahua la estabili– dad del Ayuntamiento perpétuo, cohonestándola con la estrechez del tiempo para la formación de Padrones y Juntas Parroquiales, que debían de preceder a la creación del nuevo. Esta voz común parece ser corroborado con el silencio que notaba el público de los ningunos preparativos para la publicación que tan impaciente es– peraba. Tan feliz y oportuno recuerdo no mereció otro proveído que el de clasificar a sus suscriptores de sedisiosos y poco subor– dinados a las autoridades, sin embargo de haberse adherido a la solicitud el Teniente Asesor del Gobierno don Pedro López de Ze– govia en el dictamen que únicamente se refiiio por el Jefe acon– sejar de sus asesores secretos quienes igualmente lo indujeron a mandar publicar por Bando al siguiente día la instrucción o regla– mento relativo / a la formación de Ayuntamientos y solo desde entonces se traslucían las noticias de la celebridad, distribuidas por el Cabildo a distintas corporaciones para que manifestasen su júbilo en los días de la publicación. Uno de estos cuerpos gra– vados fué el de los Abogados confundiendo y mezclándolos con los heladeros y caleros, oficios que obtienen acaso los más abyec-

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