Conspiraciones y rebeliones en el siglo XIX la revolución del Cuzco
186 LA REVOLUCION DEL CUZCO DE 1814 agentes del negocio. El Tribunal de la Real Audiencia despide una que otra centella de desabrimiento, multa al Teniente Asesor Zegovia en cien pesos después de resolver que el Escribano Bece– rra no actúa con él en los asuntos que le ocurran de justicia al Abogado don José Toribio de la Torre, grava con el p;go de unos derechos indebidos, y a don Pedro Miguel de Urbina defensor de menores le hace igual agravio por condecender con el relator. El Oidor Vidaurre vierte expresiones injuriosas en público y en se– creto anunciando el lastimoso catástrofe que se había de experi– mentar antes de las elecciones parroquiales, insulta públicamente al Abogado don Francisco Paula Sotomayor, desde una cuadra de distancia porque presume haberle faltado maliciosamente a la po– lítica de genuflexión y sombrero y al D. D. Juan Corbacho lo se– para de Defensuría de bienes de difuntos sin causa despreciando su título e imperturbable posesión a la que le restituye por acon– tecimientos que no le hacen ayre. El indicado fiscal Bedoya uni– forme con el manejo de sus compañeros pone trabas a la recep– ción del jóven practicante que a la sazón defendía el honor de la Abogacía y prostituye sus labios contra todos sus profesores dán– doles el renombre de díscolos atolondrados y libertinos. Solo vues– tro Oidor Goyeneche que sabe expiar su conciencia, posee los ver• <laderos sentimientos de humanidad, y en verdad detestando de su corazón la opresión, y la injusticia se mantiene ileso de las in– trigas, que a pesar de sus esforzadas afrontaciones no las puede re– mediar. Vuestro fiscal con el plan meditado fue de dictamen que se oiga primero al que era Síndico Procurador el Regidor don Vi– cente Peralta. Este jovencito sin educación ni luces y absoluta– mente escaso de conocimientos para el desempeño de su empleo, transportado con la próxima pérdida de su Regiduría perpétua que era el ante mural / y escudo de sus deslices, mendiga luces de los mismos que se interesaban en la ruina de los causados, suscribe su informe del que se sigue una sumaria viciosa para cuya organiza– ción reprochan al teniente asesor propietario subrogándole a Dn. Lucas Yrquinigo jóven neófito sin crédito segregado de las funcio– nes del foro, y dedicado por su impericia a las negociaciones del Comercio. Mientras se actuaban secretamente estas diligencias en la Casa de vuestro Presidente el seductor Becerra no despreciaba momento ni perdía por más ilícito que fuese para aterrar con felo– nía a los apologistas de la Constitución y fuertes campeones que trataban de sostenerla a expensas de cualesquiera sacrificio que se principió con la prisión que sufrieron Arellano y Borja el día
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