Conspiraciones y rebeliones en el siglo XIX la revolución del Cuzco

208 LA REVOLUCION DEL CUZCO DE 1814 miento de los cinco Vocales para el Gobierno; tercero la libertad que se dejaba a la Junta para determinar lo más conveniente, es decir acerca del número de Vocales y el método del Gobierno, en cuya consecuencia hizo esta pregunta: de que si los cinco señores que se iban a nombrar componían distinto tribunal del de la Exce– lentísima Diputación, si estando prevenido por nuestra Constitu– ción, el que el Gobierno de las Provincias esté a la inspección de aquella deberíamos nombrar solamente un Jefe Político que facul– taba para el completo de dicha corporación, con la cual y el Ilus– tre Ayuntamiento con sus Alcaldes debería gobernarse la ciudad. Tomó la palabra el recordado señor Angulo, don José, y ex– puso que los cinco Vocales se había de llamar Juní:a Protectora, que esta entendería en todos los negocios civiles y criminales, que había de durar sólo por un año, y que cada uno de ellos llevaría la renta de dos mil pesos. Impuestas las corporaciones de estos antecedentes hicieron cada uno a un tiempo los más serios y enérgicos discursos sobre las ventajas que resultan de la observancia de las leyes, de la subordinación y sujeción a las autoridades legítimas y de la inte– resante conservación del Orden Público, habiendo manifestado los mismos sentimientos el señor Don José Angulo con la más decidida adhesión a la Constitución; por cuyo hecho le rindieron general– mente las más expresivas gracias, obligándole que finalmente de– signase los individuos que habían de gobernar, o que él tomase el mando . Resistió no sólo la propuesta, asegurando que no era capaz de desempeñarlo, sino también ser el primero en esta mate– ria, remitiéndose a la elección de las tres Corporaciones, y protes– tando conformarse con ella en cuya ocasión expuso el señor Arce– diano doctor don Benito de la Concha, que siendo muchos los jue– ces originaban disgustos, que retardaban la pronta expedición de los negocios, apoyando este parecer el señor doctor don Narciso Dongo. Al que contestó el señor don José Angulo que se redujese a número de antecedente al de tres, que se procediese sin pérdida de tiempo al nombramiento de aquellos, proponiendo después de varias relaciones de etiqueta al señor Coronel don Martín Valer, al abogado don Toribio de la Torre y Salas, al doctor don Ra– fael Ramírez de Arellano, desechando al señor Ministro don Ma– nuel Vid;;urre por haberse escusado anteriormente, instando que cada uno se pusiese en la persona o personas que les dictase su conciencia. El señor Provisor propuso al señor Coronel don Pablo Astete, al señor don Manuel Vidaurre, al doctor don Manuel de la

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