Conspiraciones y rebeliones en el siglo XIX la revolución del Cuzco

240 LA REVOLUCION DEL CUZCO DE 1814 Sin cesar el temporal y convirtiéndose el agua en nieve, se– gún se iba montando la cordillera, continuamos la marcha el 13 · y 14 y llegamos el _15 a Pati, en cuyo punto supo el general que los enemigos reunían todas sus fuerzas entre Ayaviri y Pucará, y tenían algunas partidas sobre Lampa, amenazando invadir Puno. En estas circunstancias y situación llegó un expreso del se– ñor general en jefe D. Joaquín de la Pezuela, ordenando a su segundo el señor Ramírez que inmediatamente se replegase sobre · Potosí con toda su fuerza, por hallarse el ejército de su· mando sumamente apurado por los enemigos del frente, y aún mucho más por los infinitos caudillos que derramados en diferentes pun– tos de las provincias de Cochabamba, la Plata y Potosí, distraían todas sus fuerzas, y multiplicaban sus atenciones. Para deliberar en asuntos de esta gravedad reunió ·el gene– ral a todos los jefes, y manifestándoles el tenor· de la orden, ex– puso cada uno su dictamen . Convinieron uniformemente en que eran muy considerables los inconvenientes que se ofrecían para su cumplimiento y peli– grosas las consecuencias que podrían ocasionar: que hallándose el Cuzco .en el mayor calor de su revolución; el coronel González sin poder pasar de Huamanga, y los caudillos Pumaccahua y An– gulo entre Ayaviri y Pucará, a menos de 30 ·leguas de Puno, con una reunión extraordinaria y mayor que nunca de armas y gente, era consiguiente y forzoso que luego que nos retirásemos, cayesen aquellos sobre esta provincia, la de Arequipa y La Paz, lo llevasen todo a sangre y fuego incendiando de una vez el reino entero, y po– niendo el ejército del rey en el último conflicto; cuyo resultado sería probablemente su disolución y el trastorno total de esta América; que por el contrario siguiendo la expedición adelante había espe– ranza de traer a los rebeldes a una acción general, que siendo fa– vorable, como podía esperarse de la buena disposición, valor y dis– ciplina de la tropa, se haría decisiva en sus resultados; y facilitan– do la reducción del Cuzco, podríamos retirarnos brevemente de– jando restablecido el orden, y todas las provincias de la espalda en seguridad: que el mismo señor general Pezuela no podría me– nos de opinar de igual modo, y que en consecuencia parecía lo más acertado exponerlo así y seguir en busca de los sediciosos, con · 10 que se conformó el general y contestando el expreso dió o·rden de continuar la marcha. En los días 16, 17 y 18 subió el ejército por lo más fragoso y áspero de la cordillera, con un temporal deshecho de viehtos y

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