Conspiraciones y rebeliones en el siglo XIX la revolución del Cuzco

LA REVOLUCION DEL CUZCO DE 1814 261 más en su empresa, gritando, adentro, adentro, tirando piedras, lo que puso a un piquete de diez hombres, que desde las siete de la noche se hallaba en aquel punto, en la necesidad de hacer algún fue– go, de cuyas resultas han muerto tres personas. Al siguiente día congregado el cabildo constitucional, ofició con el Gobierno pretendiendo acriminar la conducta que había te– nido en la noche antecedente, y la de las patrullas de vecinos hon– rados, y ministros de que se ha hablado, al que contestó con fir– meza el gobernador; sin embargo, no por eso dejó el Alcalde de primera elección teniente coronel D. Martín Valer exitado por el Agente Fiscal D. Agustín Ampuero, y dirigido por el abogado Are– llano, de formar una especie de sumaria contra el gobierno por las muertes de la ya dicha noche, la que no parece, y se pone por equivalente la certificación del actuario que lo ha sido de ella Car– los Rodríguez de Ledesma, lo que se ejecutaba con el mayor calor designando a los muertos con el nombre de mártires de la patria, bajo del cual se le ha hecho después de instalado el gobierno revo– lucionario, una famosa función fúnebre en el propio día en que cumplió el año de su martirio, concediendo el Reverendo Obispo 80 días de indulgencias a los que la oyeron. fnstruído el Superior Gobierno de Lima por este subalter– no, y por algunos de los ministros del Tribunal, de todos los acae– cimientos expuestos, y de los sujetos que habían influído más en ellos, y se ordenó por el Excmo. señor Virrey la comparecencia en aquella capital de los citados Valer, Arellano y Ampuero, que se verificó en últimos de Enero del siguiente año, en cuyo tiempo se hallaban presos por las delaciones de infidencia, además de Ga– briel Béjar, Juan Carbajal, Vicente Angulo y José, hermano de es– te, Manuel Hurtado de Mendoza, y el Vicario del Triunfo D.D. Jo– sé Feyjoo, de los cuales, éste y el Vicente Angulo pidieron su li– bertad bajo fianza a aquella Comandancia General, en donde se les había formado la causa, cuyo proceso se hallaba entonces en la Audiencia de Lima, para declarar la competencia que sobre su co– nocimiento había formado el alcalde constitucional Valer, sin em– bargo de lo cual, se sustanció el artículo de la libertad de los reos Angulo y Feyjoo, y se accedió a ella descuidando absolutamente de la seguridad de los demás que sólo en el nombre continuaban arres– tados en el cuartel, paseándose por día libremente por sus claus– tros y saliendo por la noche a donde les acomodaba. En este descuido o más bien delincuente indulgencia de parte de los oficiales del cuartel y la comandancia general de las armas, dió lugar a que los arrestados sedujesen la tropa acuartelada, y

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