Conspiraciones y rebeliones en el siglo XIX la revolución del Cuzco

278 tA REVOtúCION DEL CUZCO DE 1814 PROBANZA REALIZADA POR DON MARIANO VILLAFUERTE SOBRE SU CONDUCTA EN LA REVOLUCION DE 1814 Señor Gral. en Jefe. Don Mariano Villafuerte, Teniente coronel por el Rey del Regimiento de Milicias de Abancay representa a V. S. que a pesar del terror, y del espanto que causó en esta ciudad el traidor José Angulo, dueño de las Armas y absoluto en sus voluntades los ofi– ciales de Graduación, y fieles a su Rey, aunque no podían pública– mente desplegar sus honrados sentimientos, porque faltos de pro· tección, y distantes de las Armas del Rey, se exponían a una muer– te inevitable; pero secretamente conservaban el germen de su fe– licidad, desplegaban sus dictámenes con sujetos de satisfacción, y sólo buscaban la ocasión del descuido, o debilidad de los tiranos para echárseles encima; tal ha sido señor mi conducta en las tur– baciones de esta capital. Eregido mi Coronel en Gobernador Po– lítico me pasó el oficio N. 1 para que ejerciese las funciones de su cargo en el Regimiento por no permitirle las vastas atenciones del Gobierno en circunstancias tan críticas, y sin manos auxiliares el desempeñar las del Regimiento a un mismo tiempo. A consecuen– cia recibí el oficio N. 2 y 3 en el que se me encarga por el insur– gente pase a disciplinar los dos Batallones del Regimiento. La fuerza que era el idioma de los tiranos me hizo dirigirme así al Partido, pero lejos de disciplinar las tropas, no hice sino circular de Pueblo en Pueblo aparentando actividad, y deseando lejos de ellos pasar el tiempo hasta la proximación de las tropas del Rey. Llamado por fami- / -lia e intereses que fracasaban tanto por mi ausencia cuanto porque José Angulo llevaba de mi tienda a discre– ción piezas de casimir, paños y nueve tercios de fierro, volví a esta ciudad. En ella me violentó a surtir el Regimiento de nuevos ofi– ciales todos de su devoción librándoles títulos. Mi Coronel que circunstancias tan críticas podía auxiliarme había ya profugado al Pueblo y montañas de Paucartambo después de haber librado su vida milagrosamente del asesinato que le prepararon, y haber dejado abandonado sus bienes al saqueo y pillaje; me _ví precisa– do a proponerle los oficiales que quiso en el Regimiento; y si hu– biese estado en mi lugar el famoso Exposimina hubiera hecho lo

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