Conspiraciones y rebeliones en el siglo XIX la revolución del Cuzco

LA REVOLUCION DEL CUZCO DE 1814 301 En la ciudad del Cuzco en dos días del mes de Junio de mil ochocientos quince años. El señor Juez Comisionado para el co– nocimiento de esta causa mandó comparecer a D. Evaristo Gamarra vecino de esta ciudad y Subteniente de Milicias de quien por ante mí el presente Escribano le recibió juramento que lo hizo por Dios Nuestro Señor y a una señal de Cruz, según derecho, so cargo de él prometió decir verdad en lo que supiere y fuere preguntado /f. 7/ y siéndolo al tenor del oficio que va por cabeza, dijo :Que es constante de que Mariano Becerra constituído en clase de Te– niente y después de Subdelegado de los Pueblos altos de Tinta, que se la confirió el infame José Angulo, cuyos destinos sirvió con em– peño y entusiasmo al sistema, y que cuando salió al segundo em– pleo fue con pertrechos y escolta ofreciendo impedir el tránsito de las tropas del Rey, con cuyos procedimientos tan notorios con– tribuyó y auxilió la insurrección pasada. Y que esta es la verdad so cargo del juramento que hecho tiene y siéndole leída esta su de– claración se afirmó y ratificó expresando ser de edad de treinta y cuatro años, que no le comprenden las generales de la ley, y la firmó con dicho Señor Juez Comisionado de que doy fe.- Urbina (rúbrica) Evaristo Simón de Gamarra (rúbrica) Ante mí Juan Clemente Jordán (rúbrica) En la ciudad del Cuzco en cuatro días del mes de Junio de mil ochocientos quince años. El señor Juez Comisionado de esta causa mandó comparecer a D. Pablo Infantas vecino español de quien por ante mí el presente Escribano le recibió juram.ento que lo hizo por Dios N. Señor y a una señal de Cruz, según forma de derecho, so cargo de él prometió decir /f. 7v./ verdad en lo que supiere y fuere preguntado y siendolo al tenor del oficio que va por cabeza y con prevención del sigilo que debe guardar, dijo: Que cuando llegó a esta ciudad y lo trajeron preso al declarante lo en– contró a Mariano Becerra sirviendo de oficial en el Cuartel y su– cesivamente pasó de Subdelegado al Partido de Tinta con escolta y armas. Que esta conducta y la del más criminal entusiasmo y adhesión al infame sistema fue notorio sin que pueda dudarse

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