Conspiraciones y rebeliones en el siglo XIX la revolución del Cuzco

310 tA REVOLUCION DEL CUZCO bE 1814 En el Cuartel General de Sicuani, a diez y siete días del mes de marzo de mil ochocientos quince: el señor Don Manuel Ponfe– rrada, Juez Fiscal de esta causa, pasó con asistencia de mí el Secre– tario al Calabozo del Cuartel de la Guerrilla donde se halla preso el Brigadier Don Mateo García Pumaccahua para recibirle su confe– sión, a quien se le hizo saber que se le iba a juzgar en una Junta Mi– litar, y previno que eligiera un Oficial para que pudiera defenderlo en la presente causa; y por mí el Secretario se leyó la lista de todos los se.üores Oficiales subalternos que viene en esta expedición, y habiéndolo oído bien enterado nombró al seíior Don Hílario Maldo– nado, Teniente de la Cuarta Compañía del Primer Regimiento; y para que conste por diligencia lo firmó dicho señor de que certi– tico el infrascrito Secretario.- Ponferrada.- Bernedo, Sec. Inmediatamente dicho señor Juez Fiscal preguntó al expresa– do Brigadier Don Mateo Pumaccahua si prometía bajo su palabra de honor decir la verdad en lo que se le iba a interrogar. Dijo: si prometo, y responde. Preguntado su nombre, edad, patria, religión y empleo: dijo que se llamaba Mateo Pumaccahua, de edad de sesenta y siete años, natural del pueblo de Chinchero, Partido de Calca, Provincia del Cuzco y que es Brigadier de los :Reales Ejércitos, y responde. .Preguntado si sabe por qué se halla preso: dijo que la causa de su p r isión sabe que es por la revolución que sucitaron los Angu– lo en 1a ciudad del Cuzco quienes le hicieron creer que nuestro Soberano en Sei1or Don Fernando Vll había fallecido en la prisión o cautividad en que lo tuvieron los franceses y que en este caso se hailaba de defender la Patria de cualquiera otra dominación: que para ese alto fin necesitaba entrase en el proyecto de sostener la Independencia levantando en la indiada la adhesión que le tiene a su persona; a cuya pretensión convino el deponente con la mayor repugnancia y dolor de su corazón, al contemplar que este execra– ble hecho le conducía la sensible pérdida de la paternal protección que había merecido del Rey, y responde. Preguntado cuáles fueron sus operaciones después del levan– tamiento del Cuzco y qué parte tuvo en él: dijo que sus primeros pasos en la insurrección del Cuzco fue decididamente propicia al amparo y defensa de los infelices empleados y europeos, contra cu– ya existencia conspiraba el furor de los Angulo, Juan Antonio Prado, Gabriel Béjar y otros infinitos más; y que jamás le hacían interve– nir en disposición alguna, respecto de que los primeros habían to– mado el escudo de su representación y ascendencia sobre los in-

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