El Perú en las Cortes de Cádiz

EL PERU EN LAS CORTES DE CADIZ 123 ,,Tambien se dice que las américas se deben considerar como las provincias ocupadas por el enemigo en España: y yo digo en primer lugar: Mallorca é Ibiza ¿no son como Américas? Las pro– vincias que estan enteramente ocupadas, no estan en las circuns– tancias de América que está enteramente libre; y aun aquellas no pierden el derecho de representar con extension quando se vean desocupadas. Así no podemos nosotros decir que sean injustos los americanos quando no quieren sujetarse á la instruccion que eri otro tiempo reclamaron. ,,Aquí se hace preciso decir que aun esa representacion que se nos ha dado, y que se ha ponderado hasta el último punto, no ha sido sino por efecto de las varias quejas que hicieron los americanos al Gobierno desde Cádiz y Sevilla. Y aun entonces quando el Ministro de gracia y justicia contestó favorablemente á nuestra modesta representacion, nos dixo que pasáramos á Ca– narias para hacer las elecciones, y que verificadas avisásemos acá, como quien dice, que no nos querían. ¿Esto no fué una tranpan– toja para que entretanto que se nos llamaba y veniamoi se cele– brasen, y aun disolviesen las Córtes? "De aquí vengo tambien á una reflexion hecha por los seño– res preopinantes. Se dixo que no llegarian los americanos antes de la disolucion de este Congreso, y que de consiguiente sería una carga del erario, y un desayre á los nuevos diputados el venir con– cluido el Congreso. ¿Quien no vé, Señor, que este es un efugio, y que no tiene el mas mínimo rastro de solidez? ¿que perjuicios se siguen al estado y á los americanos de que vengan diputados, aun quando por las circunstancias intermedias hallen disueltas estas Córtes? ¿Acaso la península les costeará su viage? ¿Acaso ellos se resentirán de venir como quien dice en valde? ¿Quantos hay que no vienen á España sino para conocer las casas de sus abuelos? ¿Quantos solo á instruirse en las costumbres europeas, y á pre– tender en la córte? "Otro obstáculo á la propos1c1on. Se dice que la alta ó baxa política, esa, Señor, de que habló muy bien el Sr. Inca, demuestra que no deben venir nuevos diputados por América; porque po– drían dar de nulidad á los decretos y providencias de V.M. hechos hasta aquí. Pregunto, ¿no podría servir este argumento para con– tra los varios representantes de la península que irán viniendo, y serán admitidos sin este escrúpulo? Yo creo, Señor, que ni unos ni otros darán de nulidad sino que ratificarán lo acordado por sus

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