El Perú en las Cortes de Cádiz

BO GUILLERMO DURAND FLOREZ nuestros hermanos europeos no sean consiguientes con sus mis– mas amarguras. Derraman su sangre heroicamente por no perder sus fueros, su noble independencia, y pretenden que permanezca– mos indolentes y como hombres de ánimo liviano confiados en un tiempo venidero. Se les ha hecho muy gravoso el sufrimiento de 20 años de un torpe despotismo; pero ¿por que se olvidan de que nosotros le hemos tolerado por el espacio de 300 dando un mila– groso exemplo de subordinacion y de lealtad?" En fin la segunda parte del decreto de que se quiere sacar violentamente mérito pa– la dilacion de la question al tiempo de la constitucion, es verda– deramente un subterfugio, ella está muy clara y terminante, y qualquiera confesará que la amnistía de que trata, está ligada solo al reconocimiento de la legítima autoridad soberana estable– cida en la madre patria, sin que esto ofrezca interpretacion ni va– cilacion alguna. El tiempo es el mas á propósito y conveniente. La oportunidad está marcada por la providencia que nos enseña é intima con la energia de la tribulacion que sufrimos, qual ha de ser la conducta que debemos obsevar con aquella parte numero– sa de nuestros buenos hermanos. Los reparos que se han puesto, las reflexiones que se han presentado, ni son sólidas, ni dexan de estar ya sabiamente refutadas por todos mis dignos compañeros que sostienen el mérito sobresaliente de la proposicion. La dipu– tacion americana seria reputada por imbecil, acreedora al mas al– to desprecio de sus comitentes, y á la mas amarga censura dé la posteridad mas remota, si no hubiese empleado todo el fuego, ener– gía y eficacia de su genio en demostrar con un vigor geométrico el carácter y circunstancias de una qüestion de tan importante trascendencia. V.M. cuya sabiduria tiene presente el amor que se debe á la verdad, y los respetos que exige la justicia, consultará con estas virtudes, y resolverá lo conveniente. Siendo en el caso negativo el único responsable á la Nacion de los efectos de su de– terminacion." El Sr. Mendiola: Señor, acabo de venir con el título de repre– sentante de la M. N. L. C. de Santiago de Querétaro, y sus diez y siete pueblos. Ya estaba sentada la proposicion quando tuve el honor de entrar en este Congreso. Solamente referiré á V.M. los hechos que he visto, y que acaso estarán contenidos en las rela– ciones del virey de Nueva España. Sepa V.M. que el dia primero de noviembre último estaba señalado dos años habia para un fa– tal golpe en todo el continente de México: el fuego de la rebelion, como el de la electricidad se babia extendido por todas las pro– vincias, sin que su propagacion á la manera del relampago se

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