El Perú en las Cortes de Cádiz

XVI GUILLERMO DURAND FLOREZ Fernando durante la etapa de la llamada Restauración. Mante– niéndose fiel a sus ideas . tradicionales, se inclina al partido car– lista, por cuya causa fue luego ajusticiado durante una revuelta en la ciudad de Valencia. Demetrio. Inca Yupan:qui natural del Cuzco, es educado desde nmy joven en el Seminario de Nobles de Madrid. Militar de pro– fesión llegó al grado de coronel y perteneció al Regimiento de Dra– gones. Elegido diputado, su papel es secundario, pues había esta– do muchos años ausente de la patria, de la que conocía poco. Sus intervenciones son mesuradas, generalmente leídas, pero partici– pa con decisión: en los temas que se refieren a los "indios". De Antonio Zuazo hay escasos datos biográficos. Fue militar, llegando a ostentar el grado de brigadier. Su participación en las Cortes es escasa y casi siempre en asuntos de su profesión. Su au– sencia del Perú debió de ser muy prolongada. Estos fueron los diputados que inicialmente actuaron por el Perú en las Cortes Generales. Eran "suplentes", o sea, elegidos en Cádiz; su mandato no provenía, pues, de un sufragio efectivo. La condición general de los diputados suplentes ha motivado una ta– cha por no ser democrático el origen de la representación. Tam– bién se ha observado que muchos no tenían' contacto reciente con el país que representaban, como lo expuso Larrazábal, diputado propietario por Guatemala, en una intervención que hizo el 6 de setiembre de 1811: "Los diputados suplentes no podían ser órgano de su voz (de América) ni representar sus derechos cuando care– cían de .los con·ocimientos de su país . .. el dilatado tiempo que hace se trasladaron de aquel Reino a los de la Península tampoco les permitía poseer las noticias indispensables". Esta observación, válida para Inca Yupanqui y Zuazo, no lo es para los otros tres, que habían vivido mucho tiempo en el Perú y hacía poco que re– sidían en España. Aunque los suplentes sólo debían: permanecer hasta la incor– poración de los titulares, continuaron ejerciendo sus funciones no obstante haber llegado estos a las Cortes. La representación ame– ricana fue, pues, haciéndose más numerosa. Es oportuno referirse a las . variantes producidas en' los peruanos que asistieron a las Cortes en los distintos períodos. Si bien hubo quienes no pudie– ron incorporarse, otros, que sí fueron elegidos, no viajaron por diversos motivos. El número exacto no es conocido.

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