El Perú en las Cortes de Cádiz

EL PERU EN LAS CORTES DE CADIZ 573 tuvo presente el Congreso para no aprobar la proposicion ·del Sr.. Gallego sobre que fuese suspendido qualquier diputado desde el momento que se le reconociese por autor de un papel calificado de contrario al reglamento ... " Interrumpiole el Sr. Gallego dicien– do: "Esta proposicion aun no se ha discutido; con que mal se pue- de haber reprobado." "Varios señores (prosiguió el Sr. Ostolaza) pidieron que pasase á la comision que entendió en el reglamento de libertad de imprenta ... como quiera pregunto, ¿si el autor de este papel fuera un ciudadano, no le hubiera pasado el juez del crímen copia de la censura? ¿ Pues por qué ha de quitarse esta pro– teccion al eclesiástico que ha escrito este papel? Convengo con el Sr. Gallego en que las causas se retrasan: hay muchas en las que se han versado delitos de infidencia, y despues de haber pasado muchos meses aun no se han visto. Véase sino la causa del general Imaz que hace dos años que está pendiente. Yo quisiera que el autor de la proposicion, ó los diputados de ~xtremadura, hubieran acusado esta dilacion. ¿Luego es el interes de la patria ó el inte– res personal el que nos mueve, quando aquí solo debe movernos el interes general y no el zelo particular? De quantas causas se han presentado al Congreso, en ninguna he visto tanta parcialidad co– mo en esta. (El Sr. Presidente le llamó al órden.) Hablo de las proposiciones del Congreso, que son diversas del Congreso mismo. El diputado A ó B no es el Congreso. La opinion de cada uno es muy diversa. Yo solo hablo de las proposiciones, estas son las parciales. Repito que no puedo justificar de modo alguno este pa- pel: me ha llenado de indignacion. Pero digo que el señalar quin– ce dias de término al tribunal para que se substancie la causa; quitarle todo lo que concede la ley al ciudadano para que pueda apelar á la segunda censura, y ademas el que cada tres dias ·dé cuenta á V. M., y que esto se verifique en sesion pública, es con– tra todo lo que V. M. tiene sancionado en su reglamento, y es un conjunto de arbitrariedades que no puedo menos de extrañar, ma– nifestándolo francamente: sea quien quiera el que ha escrito el papel, que no es mi amigo, pues no hago mas que saludarle quan– do le encuentro en la calle; de todos modos digo que no apruebo la proposicion, por contraria á la ley de la libertad de imprenta. Síganse los trámites que esta señala; comuníquese la censura al autor del papel, y désele el tiempo necesario para que conteste. Pero dar una providencia que· acaso nuestro acaloramiento puede dictar, me opongo. Así soy de dictamen que se diga al juez del crí- ' men, que pase de oficio á este diputado una copia de la califica-

RkJQdWJsaXNoZXIy MjgwMjMx