El teatro en la independencia

12 4 Man . Bncno por ciPrto. l..10 to- m:1n y parlen c0n D. Lon·nr¿o. Hip. Pu es amigo , dos me diPron– rne !os com1 y ~oto co11 seno es– t e pc<luzo para IHO!:ilrarlo á us– ted e~. Man. Yá lo e"timo, no tanto por ser pan , · cuanto por ser de Ja Pairia ; fodo to que trniga ese origen es JHl ra rni pret io~o. Hip. Varnós 1 confiese V. que no le falta su:·poco de ap~~encia pa– ra e·ste genero <le alimento: ar– tos <le raíces, cumotes y rnaiz, deseamos ·con ansia 1wtrimcn– tos m<ls noLles y as'i se ha tira– do V. á ese mendrugo con mas que mediana~ ganas. Pero vol– \'.iendo á nuestro a suu to: estoi admirado del cntusia~mo qne hai en todas las clases del Pue– blo: todo· el c~mino se halla lle– no de gentes que con sus vivas y aclamaciones indican e] júbilo que los anima. Jov enes, ancia– nos, rong~res, y niños, pueblan el avre con sus festivos ecos. Lor. ¿"'Pero q 1 1e hai q,ne admirar? Pocos dias antes que dcl-iapare– ci-cscn los tiranos, entró un Co– mandante de montoneras con un cornda hasta la PlM:a , y la. m1dtitud venciendo todo temor, uc!arno a la Patria . Man . ¿ Qué diran cuando sepan esto nue~tros inicuos opresores? ¿ P ensa rán en volver á n ' al isar Jas pronH·sas que hacen en sus prodamas '? Pérfidos, cobardes... no Ynlveráo, no: pero si se atre– vieran á tanwña empresa, aque– llos mismos aquicnes tautas ve- res nltrajaron impunemente por verlo it1<frfen~os , las debiles m11g-erf'S \os tiernos niños, se– rian incontrastaul es muros en qne. se e;.;trellara su temerario a&TOJO. l/ip. Y· el Señor Der.. o~itario ¿fa}.. ta rá á su pu labra ? ,, Pasados ,, quince dias ó cuando mas tres ,, meses , vol re re rnos :l 1a Ca– ,, pita!; inff'lices <l e aquellos que se atn·van a....." ('~ta~ f11t>ron sus terriLles amenazas y e1 Pue– blo amedrentado apeuas '<ÍÓ que su amado Viréy puso los pies en polvorosa, alzo -el grito, apellidando a Sil Libe rta.dor, con los dulces 11ornbres d e Pa– dre, <le amado, ya le veremos e11trar triunfunte, no como un vencedor Suherbio·, sí como un protector, corno un u migo, co– mo un príiner patrjota, por de·~ cirlo todo. l\tla11. Pues, arr1 ig·os; aquí entra muy bie11 el varia iidito, y -a~m el vari1rndo Riu vuriar la vana– eiou. Variandito, po( que aca– bo el tiempo de las tinieblas y 11ós il nrn ina un Sol brillante, Variando, por que pasamos de una domit1éH:ion t>stra11gere1, aun góbieruo paternal y a m<:'ricano. Sin variar, p(1f que todo buen amcricauo solo muda de g-o– bi rno) uo de si ·terna, pues su corazon fué siempre todo entE·ro de la Patr'ia. La varia– cion :== E <\ toca solo á los Opre– sores : cl neño al) so\ ntos de es– tos ua~tos pai ·es, disponiendo á su arbitrio de sus miseros ha·

RkJQdWJsaXNoZXIy MjgwMjMx