El teatro en la independencia

16 8 pe]io-ros que les han persuadido 11ue tros enemigos? ~Man. Ahora que habla U. de ..Monasterios: e:sta mañana ca– mina La )' O por la calle de la Encarnacion, cuando véo entrár una cuna de criatura 3} Con– vento: me sorprendo; mil ocur– renrias se me vienen en aquel instautc á Ja imaginacion, sin aconhrrme que gentes de la ca– lle se estaban ncogicndo á aquél asilo, sag!a<lo. Lo primero que pense fue ..... llip. ¿Que se babia casado algu– na monja? Man, Nada de eso. Hzj>. Como no era muy estraño, 1rnes se esparcieron poco há unas noticias, de que las Cor– tes de España absolvian del -voto ...... Man. Vamos al .asunto. Y o enten– dí que como en estos dias se publico un papel en que se decia no recibir en la Casa de expo itos mas niños por care– cer ele rentas para su sustento, que hubiesen votado á las mon– jas alguna criatura, y su pie– dad se hiciese cargo de ella, llevando alguna nodriz al Con– vento para que la rnamantase, pero me rei de ganas cuando °'·ine en conocimiento que fa– milias enteras e estaban aco– g·ien<lo a los clautros~ tamerosas de .ser envueltas en )as ruinas que ellas se persuaden haber en la Ciudad con la entrada de los Patriotas. ¡Miserable ! Las han hecho creer muy en con... trario de las generosas costum– bre <le to hcroe libert adores. LoT·. Pero no se ad mire V. de que las mug-er s de los Espa– ñoles t.ome11 e. ta prcca ucion , pues otras 111 uchas y_ ue no tie– nen este rnotjvoJ son tambien compañeras de estas en los mo– nast~rios: otras se mudan de una Casa á otra y depositan las cosas de mas valor en aque- 11(\~ sitios que creen exentos de toda tropelía. En fin, toda la Ciudad es un continuo trafico de muebles que se conducen de una parte á otra, <le aquellas personas que no tienen sus con– ~ieucias muy Jimpias. Hzp. Todas las tienda s de mer.. cancias se encuentran cerradas, y las que no con media puer– ta abi erta, enfardelando efec– tos que conducen a Casa de Filipinas. Lor. Y o que vivo vecino me di– vierto grandemente en eso: <les– de muy temprano está la caHe frecuentada de un sin numero de carg·adores que conducen baules, Caxones, Fardos y di– nero á la Casa mencionada: en fin, eso mas ganan los pobres jornal ros, que bien lo nece i– ta n CH tiempo de tanta e caces. Ros. ¿Y lo~ E pañoles dueños d . esa~ Ca a de Comercio ¿don– de se hallan? Lor. V nos marcharon con Laser· na, los otros al Ca tillo y los demas se han metido á exer– cicios. Pep. ¿A exercicios sin ser Qua..

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