El teatro en la independencia

26 18 la Patria. Me acuerdo, que es;.. tando un dia de terf ulia el , D. Manuel y yo, vinieron á com– prar un real de balsamo de hu· da: tomó su botella, despacho al comprador, y desptles se vol– vió á nosotrns, pregnntandonos por noticias. D. Manuel que de nada se inflarr:ia, le replica pron– tamente hombre: con dos mil demonios ¿no acaba V, de estar hablando con nosotros y le he- mos c1icho cuanto sabíamos? ¿Quiere V. que inventemos men– tiras por dar a V. gusto? Co– mo no era muy estraño, repli· ca, pues hai noticias que se .comunican por acciones y ges· tos, podia haber pasado algun conocido, y hecho algunas de aquellas señales, que no ignorara ustedes qúe se indican del mo.. do insinuado. y..... ESCENA SEPTIMA. Dichos y D. José que entra presuroso. Jose. Mis amigos felicidades. Rosi. ¡O mi querido D. José! · abra za ndolo. Pep. ¿quien penso que llegase este dulce momento 1 Lor. ¡ Que tenemos el gusto de ver a V. amigo mio! Fran. Deme V. veinte abrazos. Hip. Amigo, 110 me es facil ex– presar el placer qne recibo con la vista de V. Panch. Tambien este Chileno quie– re tenet· parte: ·mire que mi– lagro ! ¿ Como 1e dejaron los barbarios con vida ? Alf. Y o estimo en el alma las fi– nas expresiones de cariño que ustedes me tributan, amigos mios, aunque no hacen mas que cor– respondel' al afecto <1ue me merecen; mas permitanrne us.. tecles pregunte por nuestro ami– go D. Manuel. Lor. Poco tiempo ha salio en bu&• ca de V. por que le noticio el Señor, que lo babia visto en el Café ele Bodegones, y en alas de su amistad salió á estrechar en ·sos brazos á su - buen amigo. Alf. Y o tuve que dejar pronto el Cufé por las instancias que me hiciernn unos antiguos camara– das, parn llevarme á su casa: pude desprenderme de ellos, y me encaminé á saludar , á us– ted es. Ros. Pero querido mio, V. esta ro– busto, de buenas colores.... Alf. Señorita, los trabajos por la Patria engo1·dan: nueve meses de continuos peligros , de un penoso encierro, no comunican– do mas que á mis verdugos, a)imentandome algnnol." dias so· lo con frijoles mal cocidos, sin mas condimento que agua J sal, bastaban á debilitar la cons• taucia de otro cualquiera; pero

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