El teatro en la independencia

EL TEATRO EN LA INDEPENDENCIA 367 ELV. ¿Luego Rola piensa mal de todo corazon femenino? ROL. No tal: las mujeres sois mejores y peores que nosotros. ELV. Si yo te salvara a ti, Rola, de la venganza del tirano, y te volviese a los tuyos, y a tu suelo natal le diera paz, ¿no conta– rias a Elvira entre los buenos? ROL. Para juzgar la accion, necesito conocer los medios. ELV. Toma esta daga. ROL. ¿Para qué? ELV. Yo te conduciré a la tienda donde duerme Pizarro, azote de la inocencia, terror de tu raza, la furia que asuela tu aflijida patria. ROL. ¿Te ha injuriado Pizarro? ELV. Tanto cuanto es capaz de injuriar con letal veneno el menosprecio y el insulto. ROL. ¿Y me pides que le mate dormido? ELV. !Y él no habria dado la muerte a Alonso preso! El que duerme y el que carga grillos, están igualmente ind fensos. Escu– cha, Rola: ¡no prospere yo n este peligroso acto, si escudriñando mi corazon encuentro en é que procedo por motivo alguno de rencor y de venganza privada, y que no me estimula a tan terrible accion el interés qu tomo en la causa de la humana naturaleza y en el triunfo de la justicia sacrosanta? ROL. El Dios de la justicia no antifica 1 mal, aun cuando al bi n conduzca. Las grand s acciones no han d j cutar por medios p rv rsos. ELV. Supue to, p ruano, qu tan frio r para la d ra ias y la injuria a tu ai inf ridas, sta mano, por ma qu a mi alm I ' r pugn , dará 1 Ip . ROL. Entone in vitabl e tu peligro ... ¿y por 1 P rú ha de p r ccr?. . . dam 1 d ga.

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