El teatro en la independencia

EL TEATRO EN LA INDEPENDENCIA 379 PIZ. !Calla imprudente! ... ¿no ves? (señalando a Rola.) DAV. En el camino encontraron un niño peruano que parece ser ... PIZ. ¿Qué me importa ese diablillo ?-Matadle! ROL. ¡Cielos! ... es el hijo de Alonso!. . . dádmele. PIZ. ¡El hijo de Alonso!-Bien venido, precioso rehen!– Alonso es otra vez mi prisionero. ROL. ¿No pensarás en quitarle este niño a su madre? PIZ. ¿No?-¿No sabes que, cuando yo u lva a ncontrar a Alonso victorioso en el ardor de la pelea, puedo acobardar su co– razon y contenerle, dánlole a entender que una palabra mia será la sentencia de muerte de este niño? ROL. No te comprendo. PIZ. Mi venganza tien una larga cuenta atrazada que arre– glar con Alonso ... y esta prenda puede servir para saldarla. ROL. ¡Hombre! ... hombr ! ... ¿ere hombr ?-¿S ria capaz de hacer daño a este inoc nt ? ... Por 1 sol qu nos alumbra, ¿no v s como se rie contigo? PIZ. Dime: ¿ S paree a Cora? ROL. Pizarra, has h cho ard r mi orazon. Si au l ma 1 ve mal a esta criatura, no cr a qu u angr a r obr árida ar na. ¡No! i 1 a la an ío a p ranz qu hora ajit mi indignado pecho, s 1 vará al Dio d 1 n tur 1 za y d la hum - nidad, clamando v nganza contra u mald ido d tru tor! PIZ. De mi cu nta a ROL. agonía t y seré tu t in pl ro. . . rd na

RkJQdWJsaXNoZXIy MjgwMjMx