El teatro en la independencia

madama. Pep. Esto no puede sufrirse: va– mos D. Francisco. Ros. ¿ Adonde vás, Pepita, si ya tienes aquí a D. Tomas '! Pep. Dejame, no me detengas ; vamos. En accion de partir. Tom, V na vez que incomodo á esta Señorita, permitanme uste– des me retire. Mi Señora Doña Luysita, tenga V. la bondad de 33 25 dispensarme: pues D. Manuel há de venir aqni, él la. acom· pañará: á Dios Señores........ parte Lu:ys. No, yo tarnbien me voi. Pep. Eso es, sigale V, no le deje solo. Luys. V. esta equivocada y me– rece que la dispensen. Pep. V. es una atrevida. Luys. Queden ustedes con Dios. parle. ESCENA QUARTA. Dichos menos Don Tomas y Dofüi Luysa Pep. ¿ Hán visto ustedes igual in– solencia ? pero yo tengo la cul– pa en haberme d ejado engaña1· de un pedido. Ros. Niña , sosieo-ate: puede que sea alg11n accid ente casual, y que no pudo evitar el acompa– ñar a esa Señora, Pep. ¿Casual, y están jnntos es– perando a Don Manuel? Hip . ¡Pues le dá V. un buen ho– nor á mi amigo ! Pep . ¡ Que se yo! Lo cierto es qu e tengo una ira, una desespera- cion .....Me es imposible sosegar: a Dios .. .. Parle con D. Francisc<> Ros . No te vayas, espera: ¡ Vaya! ¡Va ya! ¡ zelos, ahora! ¡ zelos en una noche tan plausible ! Don Hipólito tiene la culpa. Hip. ¿Y o, Señora? Ros. V, que nos vino á aguar el gusto con sus vi itas. Hip. ¿ Y o los conozco? me pre– guntaron por Don Manuel, los t ·age; nada mas sé. Dent. Viva la Patria. Ros. ¡Eh! ya están aqui. ESCENA QUINTA Don Hipólito, Doña Rosa. Don Manuel, Doria Paula Doña Dolore.8 y Pancho. Manu. Ami ero, S ñ ra , entren us· tecle con sati fac ci o: n . ta ca a rnandamo to<l lo Pa· triotas, y así no hai que ten r cortedad, '1 Las dos Muy buenas noches Se– ñorita. Ro . Pa. n u ted á s ntar ~ Aqni ha t nid · V. u ia J -wi t~ail>le A Don JjJan.

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