El teatro en la independencia

34 26 Man. Ya lo sé todo: me lo han contado al subir la escalera: no tenga V. cuidado. Ros. ¿ Pero quien es esa Señora'! Man. A sn tiempo lo sahra V. Voi a traer á Doña Pepita, pues -vive tan cerca de aqui, para que uos venga á hacer com· pañia en la cena. Ros_. ¡Cuando viene! Man. Vendra mal de su grado, pues yo voi por ella: entre tanto , obsequie ·v. á estos Señores, pues lo merecen por ser auti· guos ·y consumados patl'iotas... Pm·te, Ros. Procurari complacerles en cuanto pueda. ¿ y los demas co.. noci<los, ado11d·e que<lan? Panc. ¿Quien sabe? ellos vcndran cuando quieran y <le no, que no vengan: a menos comilo11es.. Ros. ¿Con que?¿ como ha ido á ustedes de paseo, Señorita:,? Paul. Perfectamente. A mi me pi-· Jló esta noticia tan Jespreve– nida, q ne los primeros trans– portes fueron de susto, degene– rando despues eu un placer ex– traordiuario, y del modo qne estaba, sin pararme 11i auo á tomar sombrero, sali de mi casa a compañar al Pueblo en so. festiva adamucion. Dol. Yo principiaba á merendar cuando me noticiaron tan grata nueva: la mesa,, platos, botellas, todo fné par el suelo, y sin po– der contener ios impulsos de mi alma, sali gritando por las calles; ascg·uro a V. que ni tuve ni ·espero g-ozo igual. flip. y <lig·o ¿a quien no le há sucedido lo mi ~ mo? los hom– bres de mas juicio~ andan por ahi sin ti no en corros <le m U· chachos, para alternar con ellos el duce \·iva. Yo que padesco de cayos, que ando siempre des– pacio y muy poco) en esta no– che he corrido a par <le los ca– ballos, acompañando a Jas tro– pas de la Patria hasta satir de la Portada, y a fé q uc no he sentido la menor incomodidad. ¡O Patria! ¡ Qne milagn)s haces! Ros. Y la vaudcra. ¿ adonde se halla? Panc. La vandera va acompañada de mas de clos mil personas de todas clases y sexos: trabajo le há de costar á Dou Lorenzo el tl~aerla. Ros. Cunnto mas medito los acae.. cimientos de esta noche, tanto es mayor mi alegria aJ l'onside– rar á mi Patria libre de Ja cpre– siou. Ya no morirémos de nm .. bre: la abundancia sucederá á tantas miserias <:orno hemos pa– decido, pues ui á fuerza de di– nero se po<lian cou~eguir los renglones mas necesarios pai·a la lida.

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