El teatro en la independencia: piezas teatrales
XII GUILLERMO UGARTE CHA:\lORRO Desde los primeros síntomas del proceso de la Independen– cia el arte dramático se dejó sentir, de múltiples maneras, como factor de indudable importancia política y social. Anotemos al– gunos hechos coniprobatorios de nuestro aserto. Micaela Villegas, "La Perricholi" (1) -briosa y pizpireta có– mica peruana, inspiradora de celebradas comedias, operetas, ba– llets, revistas musicales, novelas, tradiciones y leyendas, de auto– res nacionales y extranjeros- con su gracia y picardía criollas do– minó durante más de diez años (1766 a 1776) la autoridad y a la persona del vfrrey Amat y Juniet, y humilló a la más alta aristocracia limeña provocando su envidia e indignación~ al mis– mo tiempo que despertaba la simpatía y la adhesión de las clases populares que la vitoreaban, jubilosas, por calles y plazas, en ob– vio signo de rebeldía y victoria. Sebastián Lorente, refiriéndose a los graves cj.esórdenes produ– cidos en diversos lugares del virreinato a consecuencia del excesi– vo aumento de contribuciones dispuesto en 1777 por el visitador de la Real Hacienda José Antonio de Areche, escribió: "La exalta– ción era tan grande, que en Arequipa los muchachos de una es– cuela dieron muerte a uno de sus camaradas que, en sus juegos, había hecho el papel de aduanero". Ricardo Palma recoge esta noticia en su tradición El Resucitado (Tradiciones Peruanas Com– pletas, Madrid, 1952, pp. 651-652) y, en términos semejantes, José M. Valega (El Virreinato del Perú, Lima, 1939, p. 104) narra tam– bién esta trágica escena de teatro irtfantil, reveladora del hervor social que preludió el gigantesco levantamiento de José Gabriel Condorcanqui. La sentencia que condenó a Túpac Amaru y que expidió Are– che en el Cuzco el 15 de mayo de 1781, decía en una de sus reso– luciones: "También celarán los mismos corregidores que no se re– presenten en ningún pueblo de sus respectivas provincias, come– dias u otras funciones públicas de las que suelen usar los in'dios, de sus hechos antiguos; y de haberlo ejecutado, darán cuenta a la Secretaría de los Gobiernos". (Manuel de Odriozola. Documen– tos Históricos del Perú, t. l, Lima, 1863, p. 159). Esta resolución dio origen a la difundida pero no documentada versión' de que el fanJ.oso · drama Ollantay, atribuído al Padre Antonio Valdez; se ha– bía representado ante Túpac Amaru y sus huestes revolucionarias, en su cuartel general de Tinta. (1) Lima (1748-1819).
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