El teatro en la independencia: piezas teatrales

EL TEATRO EN LA INDEPENDENCIA XIII En las Ordenanzas expedidas el 22 de diciembre de 1786 por el virrey Teodoro de Croix, para el funcionamiento del coliseo de comedias de Lima, la número 23 prohibía la representación de obras "en que se hallen esparcidos especies o conceptos opuestos a la sanidad de las costumbres, a los respetables principios de una bien acordada política, o a las miras y sistema de la Nación", y de otras de carácter religioso como vidas de santos y autos sa– cramentales y de "las que rueden sobre degollaciones y destroniza– ciones de Reyes, Conquistas, especialmente las de partes de los Dominios de América u otras semejantes, por las poderosas y aten– dibles razones, que constituyen en la clase de irregular, pernicio– sa, irreverente, sacrílega e inoportuvia su Representación en el Tea– tro". Comentando estas Ordenanzas, en carta dirigida al Marqués de Sonora, de Croix decía: ". . . a la verdad, cualquiera represen– tación de cosa concerniente a la América, es de gravísimo perjui– cio y puede producir funesto resultado" (Archivo Gen·eral de In– dias, Audiencia de Lima, 676, según dato consignado por Guiller– mo Lohmann Villena en su obra El Arte Dramático en Lima ... p. 493). Y el virrey Abascal, mediante bando especial, dio a conocer el 11 de marza de 1815, la real resolución restrictiva de la libertad de imprenta que, seis meses antes, Fernando . VII había expedido en Madrid "para todos mis dominios de España e Indias". En una de sus partes, la resolución disponía: "Quiero igualmente que se observe lo mismo ("poner freno a las doctrinas revolucionarias, a las calumnias e in·sultos contra el Gobierno") respecto de las com– posiciones dramáticas, y que no se permita 'representar ninguna, ni aun las impresas y representadas desde el establecimiento de la libertad absoluta, sin que preceda el. más cuidadoso examen y el correspondiente permiso, previniéndose además de esto a los actores y actrices se abstengan· de añadir sentencias o versos, pa– ra cortar así el abuso que pfA,ede haberse introducido con la fue– nesta idea de propagar máximas de trastorno, de irreligión y de libertinaje". (Volantes, Hojas sueltas, etc. Biblioteca Nacional de Lima). Esta presencia del Teatro se mantuvo constante a través de tod.o el período revolucionario y hasta su memorable culminación ert Ayacucho, batalla que fue saludada periódicamente, desde en– tonces, con ardorosas loas teatrales y también escen'ificada en la casa de comedias de Lima el 11 de diciembre de 1834 -a sólo diez años de ocurrida- por "soldados veteranos, algunos de los cuales se encontraron en el campo de la muerte, en este día de

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