El teatro en la independencia: piezas teatrales
336 GUILLERMO UGARTE CHAMORRO y que ufano y más libre se levanta cuando oprimirle algún tirano intenta, las cárceles rompiendo, por regiones voló desconocidas, y ostentación de libertad haciendo, abortó dramas varios de su fecunda, inagotable vena, no sólo al arte, a la virtud contrarios. El mal fue inevitable; pues la escena desprecia.da, las reglas se olvidaron, y el error, el capricho, el indecoro fueron las solas musas que reinaron: que al genio más feraz y envanecido en su propia osadía, si indócil, si rebelde, ni las reglas, ni métodos observa, como a joven ardiente, lo extravía su misma libertad, su ardor lo enerva. Grande fue el mal; pero mayor la culpa de los que pretendieron el reino restaurar de las tinieblas, aliadas naturales y oficiosas del crimen y el poder; y osados fueron a sofocar la acción, la voz, el genio, prensa, tribuna, teatros, academias ... ¡Cuál habría sido su brutal contento si pudiesen también el pensamiento! Algún rayo de luz en varios dramas se vio, es verdad, brillar por intervalos; mas no por ellos se miró-la escena menos desierta, y deshonrada menos; pues el buen gusto repelió los malos y el falso celo proscribió los buenos. Al fin plugo al destino dar el triunfo a la luz. Del alto cielo la santa libertad graciosa vino, y entre nosotros alza su estandarte. A la simple y veraz filosofía llama a su lado, y el imperio parte.
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